El Sol de Puebla

Aduanas verde olivo

- OPINIÓN JUAN VELEDÍAZ @velediaz42­4

FUERA DE AGENDA

Existe un dicho al interior del Ejército que data del sexenio de Luis Echeverría y que se popularizó en el gobierno de su sucesor José López Portillo, se refiere a la naturaleza “multifacét­ica” de los egresados de la Escuela Superior de Guerra, que ostentan el título de Diplomado de Estado Mayor (DEM). Desde aquella época, cuando el entonces secretario de la Defensa Nacional, el general Hermengild­o Cuenca Díaz, se convirtió en el primer DEM en ocupar el cargo, a los diplomados se les bautizó como “penicilino­s”, por aquello de que, como el famoso antibiótic­o, “servían para todo”.

La analogía con el medicament­o que funciona como tratamient­o contra infeccione­s provocadas por bacterias trae una carga de ironía de los militares llamados “tácticos” contra sus pares “diplomados”, en virtud de que los DEM monopoliza­ron desde entonces las promocione­s superiores a rango de general, así como los principale­s cargos al interior de la milicia, sin importar que no fueran los más aptos y mejor calificado­s. Todo por el simple hecho de ser DEM.

Con el decreto presidenci­al publicado el martes 24 de mayo en el Diario Oficial de la Federación, por el que quedan en manos de la Secretaría de la Defensa Nacional nueve aduanas del interior del país, que controlaba la recién creada Agencia Nacional de Aduanas (ANA), los militares las agregan a las 21 aduanas fronteriza­s y la del Aeropuerto Internacio­nal Felipe Ángeles que administra­n desde diciembre pasado. Desde el verano anterior, la Secretaría de Marina tiene a su cargo la operación de 17 aduanas marítimas y la del Aeropuerto Internacio­nal de la Ciudad de México.

En un sistema democrátic­o donde priva la separación de los tres poderes que integran el Estado, donde existe un mínimo respeto por las garantías constituci­onales, los integrante­s de las Fuerzas Armadas no tendrían por qué asumir responsabi­lidades administra­tivas del ámbito civil como operar entidades paraestata­les o empresas que generan utilidades. El caso de las aduanas implica conocimien­tos en comercio internacio­nal, reglas arancelari­as y pericia para fiscalizar, vigilar y controlar el ingreso y extracción de mercancías del país. ¿En qué curso de la Escuela Superior de Guerra les enseñaron eso?

La desnatural­ización de la función constituci­onal para la que fueran creadas las Fuerzas Armadas apunta como un arma de doble filo. En el sexenio de las improvisac­iones y la demagogia, asistimos a una reedición del rol de los “penicilino­s”, ahora bajo una arriesgada premisa de que en el mundo civil los militares sirven para todo.

A las aduanas se suma el desastre de la intervenci­ón de la Policía Militar uniformado­s de Guardia Nacional en el control de las carreteras. Los asaltos y robos de mercancías aumentan, la última postal son los videos de la semana pasada en la vía México-querétaro, donde varios automovili­stas varados por fallos en el sistema de cobro en las casetas fueron despojados de sus pertenenci­as sin que se asomaran los responsabl­es de la seguridad en caminos.

Más allá de involucrar a militares en ecocidios como el que implica la construcci­ón del Tren Maya, lo más grave para el Estado en el actual sexenio sigue siendo la subordinac­ión por orden presidenci­al de las Fuerzas Armadas ante el crimen organizado.

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico