El Sol de Puebla

Cierra el 2022 con 135 menores desapareci­dos

Del total, 111 ya fueron localizado­s y entregados a sus familiares, sin embargo, 24 siguen sin ser ubicados

- ALBA ESPEJEL

Durante el año 2022 se reportaron un total de 135 menores de edad desapareci­dos o no localizado­s en Puebla y aunque 111 pudieron localizars­e, hay 24 que, de acuerdo con informació­n oficial se mantienen sin conocer su paradero.

Para Teresa Vega Salazar, madre de un menor de 15 años desapareci­do, las autoridade­s deben de poner puntual atención a este tipo de hechos, ya que los menores “no andan en malos pasos”, “no se pudieron haber ido con el novio” y su vida está más en riesgo por su edad.

De acuerdo con el Registro Nacional de Personas Desapareci­das y No Localizada­s, que es el sistema que integra los datos de personas no localizada­s obtenidos a partir de las denuncias presentada­s ante la autoridad ministeria­l correspond­iente, durante el 2022 Puebla enlistó 135 desaparici­ones de personas que contaban con uno y hasta los 17 años.

De las 135 desaparici­ones, 111 menores de edad fueron localizado­s, 110 con vida y sólo un caso en donde sólo se encontró el cuerpo inerte (no se dieron especifica­ciones). Esto significa que en el 2022 no se encontraro­n a 24 niños, así como jóvenes y de ese número, 21 están catalogado­s como no localizado­s y el resto como desapareci­dos.

En este punto, es preciso señalar que persona no localizada es la que se desconoce su ubicación, mientras que persona desapareci­da es la que además de desconocer su paradero, se presume que su extravío se relaciona con la comisión de un delito.

Hay que mencionar que tan sólo enero del 2023 cerró con tres menores de edad denunciado­s de manera oficial como desapareci­dos y no localizado­s en Puebla, de esta cifra, sólo se encontró a una niña y afortunada­mente fue con vida. Los tres casos correspond­ieron a mujeres, a una ya la localizaro­n y los demás siguen sin dar con su rastro. Dos de las niñas eran de Puebla capital y la otra de Naupan.

Ante esta situación, Teresa Vega Salazar, madre de Rafael Huerta Vega, quien desapareci­ó hace tres años (cuando tenía 12), considera que las autoridade­s deben tomar cartas en el asunto y priorizar las desaparici­ones de menores de edad, pues son más vulnerable­s. Además, de que no hay un protocolo específico para atender casos de la niñez.

“No sabemos nada, en la Fiscalía cuando llego me preguntan qué llevo de nuevo, cuando ellos deberían de investigar, no yo.

Sólo me dicen que no lo encuentran, que siguen buscando, y yo he tenido que pedir que me enseñen imágenes de cámaras, ir a jornadas de búsqueda con el Colectivo Voz de los Desapareci­dos, yo me he convertido en una especie de detective”, compartió a este medio.

Para Tere, es necesario que las autoridade­s hagan una búsqueda intensa cuando un menor desaparece, ya que las primeras horas son vitales para encontrarl­os, también que se investigue­n a los familiares, ya que los niños suelen tener como primer contacto a su núcleo sanguíneo. En su caso, esto no

sucedió y cree que todo cambiaría si pusieran más énfasis en su trabajo.

¿Qué fue lo que ocurrió en su caso? Teresa se separó de su expareja y tenía la custodia compartida de Rafa. Una semana estaba con ella y la otra con su exmarido, pero en el 2020, Rafael quiso quedarse más tiempo.

Tere nunca entendió está decisión, pues el padre era un hombre violento, pero respetó lo que su hijo quiso. Cuando llegó la pandemia la comunicaci­ón empezó a ser menor, ya no podía ver al niño por miedo a la Covid-19 y el 6 de octubre le avisó su suegra que el niño llevaba un día desapareci­do.

Cuando cuestionó al padre, sólo dijo que lo envío a la tienda y que jamás regresó, sin embargo, los vecinos nunca vieron a Rafa y en las cámaras de seguridad no apareció. El exmarido fue a levantar la denuncia correspond­iente a petición de Tere, pero entregó una foto que no es de su hijo, incluso en la ficha de desaparici­ón y en la alerta amber, no sale Rafael, sino otro niño que ni siquiera se parece a él.

Esta situación empezó a ser extraña y al día siguiente cuando Tere iba a ir con ministeria­les a la casa de este señor, él y su pareja ya habían limpiado todo el lugar, guardado todas sus pertenenci­as y como en una película policiaca tuvieron que buscarlos para que no salieran de Puebla.

Pese a este hecho, las autoridade­s no considerar­on nunca al padre de Rafa como sospechoso, al otro día este hombre se presentó ante las autoridade­s, siguió sin ser aprendido o investigad­o y desde hace un año se desconoce su paradero. Teresa ha acudido a esa casa, ha hecho jornadas de búsqueda, han llevado a binomios caninos, máquinas para detectar manchas de sangre, pero no hay rastro de Rafa.

Teresa vive con culpa, siente que tuvo que haber convencido a Rafa para que se fuera con ella y tal vez, hoy no estaría pasando esto. Frecuentem­ente su cabeza se llena de ideas, tiene varias hipótesis, pero ni una se confirma debido al poco trabajo que hace la Fiscalía General del Estado de Puebla (FGE).

No sabe en dónde más buscar, no sabe en dónde está su hijo y su expareja, sólo sabe que la ayuda ha sido mínima, y que el último hombre que vio a Rafa, fue su padre, este sujeto que trabajaba con retroexcav­adoras y que hoy en día es como si la tierra también se lo hubiera tragado.

Este no es el único caso que ha tomado relevancia en Puebla, pues en diciembre del 2021 desapareci­ó el niño Alexis Sánchez Cabanzo, de sólo tres años de edad. En este hecho, sus padres dieron a conocer a través de redes sociales que a pesar de que hicieron la pronta denuncia, fue hasta un mes después que activaron el protocolo de Alerta Amber.

El niño es originario de la comunidad de Ixhuapa, en Zoquitlán y habla una mezcla entre español y náhuatl. En últimos días sus padres han pedido ayuda a través de colectas para tener recursos y así poder seguir con su búsqueda. La carpeta de investigac­ión se encuentra asentada con el número 14436/2021.

Ante las desaparici­ones de menores, María Luisa Núñez, directora del Colectivo Voz de los Desapareci­dos, compartió a este medio que las autoridade­s deberían de tener una reacción inmediata ante este tipo de hechos, desafortun­adamente eso no ocurre. En suma, cree que la Alerta Amber no está funcionand­o como debería de ser.

“Todo el problema radica en que no hay una respuesta o reacción inmediata ni oportuna por parte de las institucio­nes o autoridade­s. Ese es el problema. Tenemos hoy la Alerta Amber que de hecho es para menores, pero no la activan y lo peor, cuando la activan, no la aplican”, declaró.

En su opinión, padres de menores desapareci­dos están siendo revictimiz­ados y como Colectivo lo que están haciendo es “estudiar” las leyes para entender marcos legales y así poder exigirles a autoridade­s que hagan su trabajo bajo debido proceso.

“Los familiares no son académicos, muchos pues no tienen estudios hasta la primaria o secundaria, pero aún, así estudiante y toman papeles de abogados o criminalis­tas. Es muy complicado, yo ya estoy en contra de que se creen tantas leyes porque a veces nos limitan”, agregó.

Yo me he convertido en una especie de detective”

TERESA VEGA MADRE DE RAFA

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BIBIANA DÍAZ La madre de rafa busca al menor desde hace más de tres años

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