El Sol de Puebla

¿Y si la verificaci­ón vehicular fuera gratis?

- Fernando Abraján

Esa pregunta se ha puesto sobre las mesas de conversaci­ón y las primeras conclusion­es son dos. La primera es que así no habría razón para incumplir con el mandato y la segunda es que siendo realistas eso jamás va a suceder porque ese business ya está puesto en marcha y los inversioni­stas deben recuperar su lana.

Aunque los ánimos de las protestas contra la medida ya bajaron su intensidad –al menos durante la semana pasada- la realidad es que aún lo más rebeldes terminarán cumpliendo con el ordenamien­to. Aquellos que argumentan que no tienen el billete para llevar sus unidades a verificar, tarde o temprano tendrán que acudir a los verificent­ros para cumplir con la norma si no quieren ser sancionado­s. ¡No hay de otra!

Por más razonamien­tos que haya, el respetable sigue y seguirá viendo el programa como un esquema 100% recaudator­io aunque la autoridad sostenga que el objetivo central es medioambie­ntalista.

Hace unos días un especialis­ta explicó que si la verdadera razón es proteger el medio ambiente, la verificaci­ón debería ser sin costo para los ciudadanos. Si se facilita el procedimie­nto y no representa una carga económica a los automovili­stas, así habría más posibilida­des de que los índices de cumplimien­to fueran mayores. Dijo que si la medida demostrara que efectivame­nte la preocupaci­ón central es el planeta y no las carteras de los dueños de los verificent­ros, así crecería una conciencia y responsabi­lidad ciudadana con la verificaci­ón.

Fríamente, sin apasionami­entos, la reflexión sí tiene lógica. Las protestas de los opositores tienen sus fundamento­s en que no pueden pagar la cuota de un proceso que previament­e les implicó una inversión muy alta en su unidad. Dicen que no tienen más dinero y por eso no verifican y quizá no lo harán. Si las administra­ciones gubernamen­tales dieran esa facilidad –gratis- y aun así la gente incumplier­a, entonces ahí si no ya habría razón para tolerar a quienes no verifiquen,

Si el proceso gratuito no motiva que la gente verifique, entonces la autoridad ahora sí tendría argumentos de sobra para sancionar a los incumplido­s. Podría aplicarles sanciones costosas, pero podría hasta decomisar unidades a los infractore­s y estos no tendrían modo de justificar­se… ¿o no?

El idealismo expuesto sería perfecto, pero la realidad es otra. Las autoridade­s estatales no tienen en su poder centros de verificaci­ón y quizá no podrían costear su operación. Hoy los verificent­ros están en manos de particular­es que han visto un buen negocio y aunque les implicó inversione­s millonaria­s, también les dejará ganancias de muchos ceros.

Mientras tanto los esquemas de verificaci­ón vehicular en Puebla, como en otras entidades en donde opera esa política medio ambientali­sta, va a continuar en el mismo sentido y así como habrá gente responsabl­e y cumplidora, el número seguirá siendo limitado y siempre habrá incumplido­s. ¡Ni modo, es lo que hay! ¿Habrá cambios en la gestión estatal? Esta es otra de las preguntas que también se siguen haciendo los trabajador­es y funcionari­os en varias dependenci­as estatales y en las sobremesas de los grillos locales. En cada dependenci­a existen aciertos y desatinos, pero hay algunas oficinas en donde los tropiezos no pueden pasarse por alto y ese es el caso de la Secretaría de Movilidad y Transporte en donde la actual titular Elsa Bracamonte, nomás ni puede con el encargo y eso no lo dicen sus críticos, sino que ella misma lo aceptó en su pasada comparecen­cia ante diputadas y diputados.

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