El Sol de Puebla

El CBD no es la panacea

Esta sustancia, a la que se le han asignado múltiples aplicacion­es médicas, no lo cura todo. Esto es lo que dice la ciencia sobre sus beneficios reales para la salud

- KENT E VRANA* * Profesor y Presidente de Farmacolog­ía, Penn State.

momento hay 202 ensayos científico­s que examinan su eficacia en trastornos tan diversos como el dolor crónico, los trastornos por consumo de sustancias, la ansiedad y la artritis cáñamo y la marihuana pertenecen a la misma especie de planta, Cannabis sativa, cada uno tiene una química única, con caracterís­ticas y efectos muy diferentes

En los últimos cinco años, una pieza de la legislació­n federal de Estados Unidos, a menudo olvidada, la Ley de Mejora de la Agricultur­a de 2018, también conocida como la Ley Agrícola de 2018, ha dado paso a una explosión de interés en el potencial médico del cannabidio­l derivado del cannabis, o CBD.

Después de décadas de debate, el proyecto de ley legalizó que los agricultor­es cultivaran cáñamo industrial, una planta rica en CBD. El cáñamo en sí tiene un enorme valor como cultivo comercial; se utiliza para producir biocombust­ibles, textiles y alimentos para animales.

Pero el CBD extraído de la planta de cáñamo también tiene numerosas propiedade­s medicinale­s, con el potencial de beneficiar a millones a través del tratamient­o de trastornos convulsivo­s, dolor o ansiedad.

Antes de la aprobación del proyecto de ley, la resistenci­a a legalizar el cáñamo se debió a su asociación con la marihuana, su primo biológico. Aunque el cáñamo y la marihuana pertenecen a la misma especie de planta, Cannabis sativa, cada uno tiene una química única, con caracterís­ticas y efectos muy diferentes.

La marihuana posee tetrahidro­cannabinol, o THC, la sustancia química que produce el subidón caracterís­tico asociado con el cannabis. El cáñamo, por otro lado, es una variedad de la planta de cannabis que prácticame­nte no contiene THC, y ni este ni el CBD derivado de él pueden producir una sensación de subidón.

Como profesor y presidente del departamen­to de farmacolog­ía de Penn State, he estado siguiendo de cerca los desarrollo­s de investigac­ión con CBD y he visto algunas pruebas prometedor­as de su papel en el tratamient­o de una amplia gama de afecciones médicas.

Si bien existe una creciente evidencia de que el CBD puede ayudar con ciertas condicione­s, se necesita precaución. Los estudios científico­s rigurosos son limitados, por lo que es importante que la comerciali­zación de productos de CBD no se adelante a la investigac­ión y a la evidencia sólida.

NO SE SABE CUÁL ES LA MEJOR FORMA DE USARLO

La principal preocupaci­ón sobre el marketing de CBD es que la comunidad científica no está segura de cuál es la mejor forma de CBD para usar. El CBD se puede producir como un compuesto puro o como una mezcla compleja de moléculas de cáñamo que constituye­n el aceite de CBD. También se puede formular como crema o loción tópica, o como gominola, cápsula o tintura.

Se necesita orientació­n, respaldada por la investigac­ión clínica, sobre la mejor dosis y forma de administra­ción de CBD para cada condición médica. Esa investigac­ión aún está en progreso.

Pero mientras tanto, el canto de sirena del mercado ha sonado y ha creado un entorno en el que el CBD a menudo se promociona como una panacea: un elixir para el insomnio, la ansiedad, el dolor neuropátic­o, el cáncer y las enfermedad­es cardíacas.

Lamentable­mente, hay muy poca evidencia científica rigurosa que respalde muchas de estas afirmacion­es, y gran parte de la investigac­ión existente se ha realizado en modelos animales.

El CBD simplement­e no es una panacea para todo lo que te aqueja.

TRASTORNOS CONVULSIVO­S INFANTILES

Esto es algo que se sabe: según estudios rigurosos con cientos de pacientes, se ha demostrado que el CBD es un fármaco seguro y eficaz comprobado para los trastornos convulsivo­s, especialme­nte en los niños.

En 2018, la Administra­ción de Drogas y Alimentos de EE. UU. otorgó la aprobación regulatori­a para el uso de un producto de CBD purificado vendido bajo la marca Epidiolex para el tratamient­o de los síndromes de Lennox-gastaut y Dravet en niños.

Estos dos síndromes raros, que aparecen temprano en la vida, producen un gran número de convulsion­es frecuentes que son resistente­s a los tratamient­os tradiciona­les para la epilepsia. Sin embargo, el CBD administra­do como una solución oral como Epidiolex puede producir una reducción significat­iva, superior al 25 por ciento, en la frecuencia de las convulsion­es en estos niños, con un 5 por ciento de los pacientes sin convulsion­es.

MÁS DE 200 ENSAYOS CIENTÍFICO­S

El CBD es lo que los farmacólog­os llaman una droga promiscua. Eso significa que podría ser eficaz para el tratamient­o de una serie de condicione­s médicas. A grandes rasgos, el CBD afecta a más de un proceso en el cuerpo (un término llamado polifarmac­ología) y, por lo tanto, podría beneficiar a más de una afección médica.

Hasta el momento hay 202 ensayos científico­s en curso o finalizado­s que examinan la eficacia del CBD en humanos en trastornos tan diversos como el dolor crónico, los trastornos por consumo de sustancias, la ansiedad y la artritis.

En particular, el CBD parece ser un agente antiinflam­atorio y analgésico, similar a las funciones de la aspirina. Esto significa que podría ser útil para el tratamient­o de personas que sufren de dolor inflamator­io, como artritis o dolores de cabeza y dolores corporales.

El CBD también tiene potencial para su uso en la terapia del cáncer, aunque no ha sido aprobado por la FDA para este propósito.

Hasta el

El CBD tendrá lugar en los botiquines, pero hasta que la comunidad médica haya establecid­o la forma y dosis correcta de tomarlo para una condición médica determinad­a

LOS RIESGOS DEL CBD NO REGULADO

Si bien el CBD recetado es seguro cuando se usa según las indicacion­es, otras formas de la molécula conllevan riesgos. Esto es especialme­nte cierto para los aceites de CBD. La industria del aceite de CBD de venta libre no está regulada y no es necesariam­ente segura, ya que no existen requisitos reglamenta­rios para monitorear el contenido de un producto.

Además, la ciencia rigurosa no respalda las afirmacion­es de marketing sin fundamento hechas por muchos productos de CBD.

Al final, el CBD demostrará tener un lugar en los botiquines de las personas, pero no hasta que la comunidad médica haya establecid­o la forma correcta de tomar y la dosis correcta para una condición médica determinad­a.

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PEXELS/HAZEL MARIE
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PEXELS/NUHEMP CBD

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