Sueño americano separa a parejas recién casadas
Aún sin tener una certeza de su futuro, los jóvenes emprenden el viaje al norte en busca de una mejor remuneración por su trabajo
Más de 34 años de casados tienen Julia y Lucas, originarios de Izúcar de Matamoros, una pareja que decidió casarse muy joven y que como muchas de esta región se separan porque el hombre se va en busca del “sueño americano”. No les importó la casi nula comunicación, amparados en el amor que los unía para cumplir sus metas.
Una vez casados, Lucas emigró para Estados Unidos de América en un viaje consensuado con su esposa, sabedores de que cerca de 15 días ella no sabría de él, hasta que finalmente tuviera un contacto vía telefónica, confirmando que ya estaba en tierras estadunidenses.
Allá, el poblano permaneció cerca de dos años trabajando en oficios como lavaplatos hasta jardinero. El dinero que enviaba estaba siendo destinado para terminar su casa y adquirir terrenos de siembra, además de un tractor. Pese a la distancia, el amor los seguía uniendo.
“Eran otros tiempos, no había teléfono, la comunicación era casi nula, le llamaba cada lunes. Era una señora de una tienda que tenía teléfono y solo le avisaban a mi esposa la hora para que estuviera atenta”, narró Lucas.
Después de tener su propia casa y adquirir su unidad, decidió regresar para continuar con su vida a lado de su esposa con quien procreó cuatro hijos, sin embargo, tras pasar por una mala racha, nuevamente emigró y sus viajes al norte fueron constantes.
“Era más fácil cruzar, aunque sí riesgoso, pero entendí que mi lugar no era allá, sino estaba con mi esposa”, reconoció.
Comentó que tenía la estrategia de llevarse a su familia, pero fue Julia quien se negó y continuaron su vida en México. Desde el año 2000, Lucas permaneció trabajado en el campo; hoy en día, a sus 56 año de edad, considera que es muy difícil volver a ese país y ni desea regresar, ya que asegura que no encajaba.
“No era un lugar para vivir mis últimos se casó hace 34 años años de vejez”, es más, al hablar sobre su experiencia, invita a todos aquellos que tienen ese sueño, a mejor buscar las posibilidades de una visa de trabajo, pues como indocumentado casi la muerte es muy segura en el intento por cruzar.
Actualmente, todos sus hijos tienen profesión y pronto esperan festejar su boda “de coral” por los casi 35 años de casados, no ha sido una tarea fácil el amor, sin embargo, existe tres palabras que han demostrado en su matrimonio, comunicación, lealtad y sobre todo compromiso.
En la región Mixteca es común que los matrimonios jóvenes se separen para que los hombres vayan en busca de trabajo a otras partes del país o principalmente a las Unión Americana, ya sea unos meses después del matrimonio o en cuanto las esposas quedan embarazadas.
Sin embargo, no en todos los casos la historia termina en éxito, sino que estas separaciones se convierten en definitivas o se prolongan durante décadas.
Después de dos años de trabajo, ya con su propia casa y haber adquirido un vehículo, Lucas decidió regresar para continuar con su vida a lado de su esposa para ya no irse