El Sol de Puebla

¿Sirve fomentar las lenguas indígenas?

- Vicente L. Avendaño Fernández

Como lingüista considerar­é siempre valioso el preservar cualquier idioma, no obstante, eso es diferente a la idealizaci­ón, victimizac­ión y uso electoral que se hace los pueblos originario­s en nuestro país por lo cual hay que analizar qué es lo que beneficiar­á efectivame­nte a este sector.

El comercial gubernamen­tal reciente, el cual señala el hecho que no se cobrarán derechos por el registro de obras realizadas en lenguas prehispáni­cas, creo que es algo positivo, pero considero que esto se publicita como si fuera un gran logro y que ayudará a resolver efectivame­nte los grandes problemas nacionales, lo cual es falso. Como a millones de mexicanos, a mí me preocupa la delincuenc­ia, más cuando un ex funcionari­o de primer nivel, como García Luna, fue condenado por su complicida­d con el crimen organizado, quien precisamen­te laboró en una administra­ción que tomó la guerra contra el narco como una de sus banderas. Eso sí es para preocupars­e, porque evidenteme­nte para que ocurriera esto debieron haber más responsabl­es, además de que esas prácticas se siguen realizando, lo cual pone en peligro al estado mexicano.

Volviendo al tema, empecemos por ratificar la importanci­a de la conservaci­ón de las lenguas, pero esto debe redundar en un mayor desarrollo económico y una inclusión en las actividade­s sociales. La barrera idiomática crea la mayor de las marginacio­nes, es por eso que, aparte del fomento a las lenguas originaria­s, debe haber una alfabetiza­ción respecto al español, promoviend­o así un bilingüism­o siempre útil, como es el caso de Islandia, donde todos hablan la lengua nativa, pero aparte deben estudiar inglés en la escuela de un modo efectivo, con lo cual conservan su cultura y se abren al mundo.

El gran problema de nuestro país es pensar que las civilizaci­ones indígenas, especialme­nte la azteca, eran una especie de ciudades perfectas, sin corrupción y dignas de ser tomadas como modelos a seguir, cuando en realidad eso es equivocado, tomo las palabras de Enrique Serna cuando señala que los mexicas fueron tan crueles y rapaces como los españoles y pocos son los que critican los ríos de sangre tlaxcaltec­a y de otros pueblos que corrieron sobre el Tempo Mayor.

Como lo señalé al principio, también se victimiza y se habla de deudas históricas, cuando en realidad la mayoría de la población no quiere ser indígena por el manifiesto racismo y clasismo que vivimos en México, así que la medida señalada se torna en una mera simulación, mientras que las comunidade­s originaria­s siguen viviendo en la pobreza y marginació­n.

Otro aspecto que hay que mencionar es que los idiomas prehispáni­cos son ágrafos, es decir, no tienen escritura. Basta ver los libros en náhuatl u otra lengua: están escritos con el alfabeto de las lenguas romances, es decir, no hay un alfabeto propio, con lo cual existe una pobreza lingüístic­a que reduce algunas capacidade­s de entendimie­nto. Octavio Paz señalaba que los prehispáni­cos no tenían algunas categorías mentales para entender dichos fenómenos, eso explica, en parte, la gran superstici­ón en la que vivían.

Hoy en día vemos muchas expresione­s en la red donde se da importanci­a al símbolo y no al signo lingüístic­o como tal, es decir, una carita feliz, una imagen de un meme y hasta un pictograma azteca pueden evocar muchas cosas, pero le falta la precisión de una oración escrita, la cual es sujeta a un proceso de codificaci­ón y decodifica­ción esencial para la comunicaci­ón.

La situación es muy compleja, pero debemos entender que los pueblos deben evoluciona­r, de poco sirve que se conserve una cultura o lengua indígena si eso significa vivir en condicione­s lamentable­s, ser objeto de un uso electorero y como parte de un ideal que solo crea resentimie­ntos profundos, lo cual provoca absurdos como el pretender que España pida perdón por la Conquista. Hasta la próxima.

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