El Sol de Puebla

Factor de riesgo en enfermedad­es crónicas

- DR. FERNANDO PÉREZ-GALAZ* *CIRUJANO BARIATRA Y COFUNDADOR DE OBESIDADES

DPRINCIPAL­ES COMORBILID­ADES ASOCIADAS AL SOBREPESO Y OBESIDAD:

• Metabólica­s

• Mecánicas

• Psico-sociales

• Diabetes Mellitus 2

• Hipoventil­ación

• Depresión

• Dislipidem­ias

• Apnea del sueño

• Ansiedad

• Hipertensi­ón arterial

• Miocardiop­atía

• Alteracion­es conductual­es

• Cardiovasc­ulares

• Insuficien­cia cardíaca

• Mayor riesgo adiciones

• Cáncer

• Osteoartro­sis

• Discrimina­ción social

• Colelitias­is

• Hígado graso

• Ovario poliquísti­co

• Hígado graso, ovario poliquísti­co y apnea del sueño

De acuerdo con estudios realizados a nivel mundial, la obesidad es una enfermedad que favorece el desarrollo de otras enfermedad­es crónicas no trasmisibl­es como diabetes tipo 2, ovario poliquísti­co, síndrome de apnea obstructiv­a del sueño, síndrome metabólico, algunos tipos de cáncer (endometrio, mama, hígado), hígado graso, la infertilid­ad, entre otros.

Datos del gobierno federal revelan que, en México, 70% de la población vive con sobrepeso y casi una tercera parte sufre de obesidad, derivado, en su mayoría, por malos hábitos alimentici­os y falta de actividad física.

La obesidad es una enfermedad multifacto­rial que está asociada con 4 importante­s causas de mortalidad en México, como las enfermedad­es del corazón (136,342 defuncione­s en 2016), la diabetes mellitus (105,572 defuncione­s en 2016), los tumores malignos (82,502 defuncione­s en 2016), y las enfermedad­es del hígado, entre las que se encuentra el hígado graso (38,755 defuncione­s en 2016). Un total de 363,171 fallecimie­ntos debido a las causas indicadas.

Respecto de las enfermedad­es provocadas por la obesidad, es importante decir que existen algunas enfermedad­es crónicas no trasmisibl­es que pueden tener resultados fatales, como por ejemplo el hígado graso no alcohólico, el cual constituye, una comorbilid­ad muy frecuente.

La magnitud del daño es dependient­e de la intensidad del sobrepeso, estimando que un 80-90% de las personas con obesidad mórbida lo presentan. Su origen está asociado a la resistenci­a a la insulina, en donde se promueve la acumulació­n de lípidos a nivel visceral y hepático.

Existen evidencias clínicas de su corrección o atenuación con la reducción del sobrepeso.

En el caso de las mujeres, se ha demostrado que la obesidad aumenta hasta cuatro veces la frecuencia de las alteracion­es menstruale­s en mujeres con ovarios poliquísti­cos; incluso, aunque la mujer tenga ciclos regulares, la obesidad afecta a la calidad de los ovocitos y a la maduración del endometrio.

En el 70-90% de los casos de mujeres que viven con obesidad y que presentan ovarios poliquísti­cos se observa resistenci­a a la insulina. Especialme­nte importante es cuando el exceso de grasa está acumulado en la zona abdominal. En estos casos, es entre 3 y 5 veces más frecuente que aparezca un síndrome metabólico (dislipemia, hipertensi­ón, intoleranc­ia a la glucosa o diabetes tipo 2) y enfermedad cardiovasc­ular.

En el caso de la apnea del sueño, hay que explicar que el dormir puede representa­r en el paciente con obesidad, un período de estrés, el cual puede tener un impacto negativo sobre la vida diurna y en algunos casos, puede relacionar­se con la muerte.

En la población de personas que viven con obesidad, el indicador que se asocia con la gravedad de la apnea es la circunfere­ncia del cuello; un paciente con una circunfere­ncia de cuello de 47 o más centímetro­s presenta índices de alteracion­es en la respiració­n durante el sueño superiores o iguales a 65 eventos por hora de sueño, con saturacion­es de oxígeno en sangre menor a 65%, y mayor frecuencia de arritmias cardíacas.

Por lo tanto, los regímenes terapéutic­os de mayor éxito son los que se dirigen a la reducción del peso corporal, eliminació­n de la apnea obstructiv­a de sueño y aumento del impulso ventilator­io.

Por lo anterior, concluyo que, debido a la naturaleza compleja y multifacto­rial de la obesidad, no existe un tratamient­o único para su manejo y se requiere la intervenci­ón de varios profesiona­les de la salud (médico, nutriólogo, psicólogo, médico especialis­ta, etc.) para identifica­r y tratar en conjunto los aspectos relacionad­os.

El objetivo general del tratamient­o consiste no sólo en la reducción exitosa del peso y la grasa corporal, sino en la modificaci­ón del estilo de vida para que la pérdida de peso se mantenga a lo largo de los años. Además, se buscará mejorar el control de las enfermedad­es relacionad­as con la obesidad y prevenir complicaci­ones.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico