El barbosismo se ha extinguido
OPINIÓN
Quienes eligen mirar más allá de la retórica de las palabras y prefieren interpretar el significado de los hechos habrán comprendido esta misma semana que el barbosismo ha desaparecido por completo del poder público del estado.
No importa que 16 de 17 integrantes del gabinete hayan sobrevivido en sus cargos hasta hoy.
El recorrido natural del mandato recién comenzado en diciembre ha impuesto una nueva forma de ejercer el gobierno y ha borrado, también de manera natural, aquello que una vez portó la etiqueta del fallecido Miguel Barbosa Huerta.
No es que el barbosismo se haya extinguido hasta ahora, a casi tres meses de la muerte de su líder, pero la negación comprensible de sus huérfanos mantenía viva la ilusión, en muchos de ellos, de que Sergio Salomón Céspedes Peregrina fuese una calca de su antiguo mentor para conservar intacto al equipo y las condiciones de colaboración, con todo y sus privilegios.
Solo era cuestión de tiempo para confirmar que el nuevo gobernador acabaría por imponer su estilo.
Lo hizo esta semana y con ello expidió el acta de defunción política del grupo que le precedió.
Céspedes Peregrina ha hecho de la Torre Ejecutiva del Centro Integral de Servicios (CIS) de Angelópolis su oficina principal, después de que Barbosa se negó a despachar en ese inmueble por considerar, como dijo públicamente, que se trataba de un edificio frívolo, fastuoso y suntuoso, alejado de la realidad que vive la mayoría de los poblanos.
Barbosa, que tuvo una necesidad obsesiva por compararse con Rafael Moreno Valle, acusó en repetidas ocasiones que el CIS era producto del saqueo a las finanzas estatales realizado por el entonces gobernador panista, también fallecido, durante su administración.
Céspedes no tuvo problema con eso ni se intimidó frente a la posibilidad de recibir un reproche de parte de los integrantes de la antigua burbuja barbosista.
Fue realista.
Si el CIS, que ya está construido, es práctico y funcional, y es patrimonio de los poblanos, no de Moreno Valle ni de ningún otro personaje político, hay que usarlo.
Dar ese paso fue un acontecimiento importante para pintar su raya con un sector del pasado que pretendía tenerlo de rehén.
Pero hay más.
La noche del miércoles acompañó a Héctor Alberto Sánchez Morales en el acto de toma de protesta del nuevo consejo directivo del Consejo Coordinador Empresarial.
El mandatario convivió a gusto con los representantes de la iniciativa privada.
Fue amable con ellos y les abrió las puertas del gobierno para trabajar de la mano.
Al festejo celebrado en la Hacienda San José Actipan acudió con su esposa, Gabriela Bonilla Parada, presidenta del DIF, y Olivia Salomón Vibaldo, titular de la Secretaría de Economía.
El diálogo propositivo con los representantes de las cámaras empresariales muestra otro signo de los nuevos tiempos.
Como gobernador, Barbosa solo profirió descalificaciones en contra de los miembros de este sector.
“Evasores”, “privilegiados”, “egoístas”, “falsos empresarios” y “protectores de delincuentes” fueron solo algunas de las etiquetas que les colgó.
Otra más:
El jueves se concretó el tercer y último acontecimiento ocurrido en esta línea de ruptura con el pasado, cuando Céspedes Peregrina anunció, mediante una bien argumentada explicación, que utilizará los helicópteros propiedad del gobierno del estado para desplazarse de un lugar a otro en sus frecuentes salidas de trabajo.