Ellas luchan contra los prejuicios
Gracias a un trabajo que le ha llevado años, Adriana Quevedo ha podido conformar una Liga en la que juegan equipos femeniles y que lleva por nombre Carfe Group Sports. Y es que pocas son las personas que les ha interesado apoyar campeonatos donde participan mujeres, además, la pandemia por la Covid-19 retrasó la labor que había dado resultados.
“Actualmente contamos con 14 equipos femeniles, tenemos un año y medio, antes de la pandemia teníamos 30, desafortunadamente pasó ese evento y la alcaldía (Benito Juárez en la CDMX) nos empezó a reducir los espacios”, comparte.
La empresaria comentó que la disposición que muestran las jugadoras ha sido clave para que la liga crezca. “Hay veces que las chicas se reúnen, pero no están dentro de una misma organización y tienen que estar buscando jugadoras de otros equipos para tener al grupo completo; lo bonito es que las jugadoras son muy abiertas para que se incorporen nuevas futbolistas”, comenta.
“La mayoría de las jugadoras que tenemos son personas que vienen a divertirse, ya que estudian, trabajan o son amas de casa, y siento que están muy contentas. Llevo como nueve años con muchas de ellas y todavía me siguen”, asegura.
Adriana se ha topado no sólo con organizadores de torneos, también con árbitros que se han mostrado renuentes a trabajar para una Liga femenil.
“Todavía hay muchos prejuicios, porque creen que las mujeres son torpes para jugar; por ejemplo, algunos árbitros hombres dicen que no les gusta pitar a las mujeres porque no saben jugar, que porque se pegan mucho, que porque se quejan de todo, que porque protestan todo, y eso no se vale; en cuanto a las autoridades, algunas dicen que el futbol es para hombres y me comentan que por qué quiero lesionar a una mujer. Son perjuicios y contra eso tenemos que luchar”, considera.
Adriana ha tenido futbolistas de calidad con capacidad de jugar en un equipo del futbol profesional de la Liga MX, el problema es que no hay oportunidades reales para que se prueben. “Actualmente tengo como tres chiquitas de 15 años que juegan bien y no sabemos dónde pedir apoyo porque incluso, en las visorías, te cobran, y hay gente de pocos recursos que no tiene”, justifica.
“Esas visorías son caras. Por ejemplo, en una visoría de 15 minutos llegan a cobrar hasta mil pesos; la mamá prefiere darle eso para los libros o para que coma. Además, hay visorías que son falsas y eso las desanima”.
Todavía hay muchos prejuicios, porque creen que las mujeres son torpes para jugar”
ADRIANA QUEVEDO LÍDER DE LIGA CARFE GROUP SPORTS