Cerro de Zempoala, experiencia por vivir
Se trata de uno de los picos más altos del país, donde se puede observar casi toda la serranía
El cerro de Zempoala de Huauchinango es uno de los tres que podrían hacerle competencia, al “Cuatro Palos de Querétaro o el Cerro de la Silla, ubicado en Monterrey”, dado que el de Puebla tiene una ubicación estratégica en la que se aprecia casi toda la Sierra Norte en un ángulo de unos 320 grados.
El cerro en cuestión es un montículo que tiene 2 mil 500 metros sobre el nivel del mar, es identificado fácilmente pues se puede ver desde cualquier punto de Huauchinango, es uno de los más altos de la zona e incluso, es parte de los símbolos naturales de la demarcación.
La imagen del Zempoala o Zempoaltepetl, es constantemente utilizada como ícono del municipio, al igual que la cúpula de la parroquia de Santa María la Asunción, el Santuario de Jesús en su Santo Entierro y la fachada del palacio municipal.
Desde hace unos tres años se ha hecho más visible y se ha puesto en el mapa de atractivos turísticos para los que gustan de turismo de aventura, turismo de naturaleza o en general, el excursionismo.
Datos de quienes han estudiado la morfología del cerro, calculan que hace unos ocho a 10 mil millones años atrás, el
Los turistas lo toman como una aventura, como un reto y al momento en que llegan a la cima pueden apreciar toda la naturaleza y el bosque de niebla
Zempoaltepetl era un volcán que se encontraba activo y hace unos cuatro millones de años quedó inactivo.
Los tlamatquis (Los que saben) de la zona han visto en el cerro un lugar apto para ofrendar, para encausar la energías buenas y malas, por lo que es un centro ceremonial “vivo”.
TODA UNA AVENTURA
El guía de excursionismo, acreditado por la Secretaría de Turismo, Alejandro Islas Guevara, refirió que los turistas lo toman como una aventura, como un reto y al momento en que llegan a la cima, sienten una satisfacción personal especial, por apreciar la naturaleza de la zona, el bosque de niebla que, cada vez es menos en el país.
Islas Guevara comparó que para los turistas que quieren hacer cima en el cerro de Zempoala y son oriundos de la región de Huauchinango, le dan otro significado, dado que se trata de un cuerpo verde que siempre lo han visto ahí, en el mismo lugar, crecieron viéndolo desde lejos o desde cerca, pero siempre con la duda de qué se siente estar arriba de éste.
Los que antes fueron niños vieron como sus padres hablaban del cerro y sus leyendas, y una vez que hacen cima, bajan con una satisfacción física, cansados casi siempre, pero con espíritu diferente.
El guía contó que él empezó a subir la montaña desde los 12 años de edad y no paró hasta unos 10 años después, pues con amigos, acompañados de personas más grandes, subían al menos unas dos veces por año, en vacaciones de verano y de invierno. Ahora hay ocasiones en que lo sube unas dos veces a la semana por trabajo.
Desde la cima se pueden ver las zonas de Zacapoaxtla, Cuetzalan, Xicotepec y parte de Pahuatlán; se ve casi todo a la redonda, incluso se alcanza a ver casi siempre “El Pico de Orizaba”, volcán ubicado entre Puebla y Veracruz.
El guía recomendó subir el Zempoaltepetl a obscuras, de madrugada para aprovechar dos oportunidades: ver el amanecer desde arriba y bajar con luz del día para tener dos experiencias en la excursión.