¿Habrá más cambios?
A PUERTA CERRADA
Cuatro sustituciones en el bloque de funcionarios de primer nivel en apenas tres meses.
Eso es lo que ha hecho el gobernador Sergio Salomón Céspedes Peregrina hasta ahora.
En los primeros minutos de su administración le dio las gracias a Ana Lucía Hill Mayoral, la misma servidora pública que con Miguel Barbosa aceptó ocupar una posición de fachada para que Julio Miguel Huerta Gómez fuera el auténtico operador.
Hace cuatro días, el jueves, le pidió la renuncia a Elsa Bracamonte González, América Rosas Tapia y José Luis Sorcia Ramírez.
Los tres se fueron por ineficientes, como ha quedado ampliamente registrado en los medios de comunicación.
Bracamonte nunca pudo establecer acuerdos efectivos con los concesionarios del transporte público y sobre asuntos de movilidad no tuvo un solo logro trascendente que se recuerde.
Por el trabajo de Rosas hablaron las representantes de los colectivos feministas que pidieron su destitución. Ahí la opinión fue unánime.
Sorcia no convenció ni a Barbosa para permitirle transitar de encargado de despacho a reemplazo formal de Melitón Lozano Pérez. Dispuso de cinco meses para demostrar resultados. No lo hizo.
Cuatro cambios en un gabinete de 16 integrantes. Tres significativos en realidad, porque Hill Mayoral fue reemplazada por Julio Huerta, quien ya la hacía de secretario.
Son muy pocos.
¿Por qué entonces están molestos e incluso indignados algunos miembros del barbosismo?
Porque asumen que el poder político y económico que atesoraban se les va de las manos.
Eso es posible.
Hubo un cambio de gobernador por circunstancias imprevistas y el relevo ha obligado a transitar de un periodo a otro, aunque, atención en esto, sin modificaciones radicales.
Radical, abrupto y convulso para los barbosistas habría sido ese salto si en lugar de Céspedes Peregrina hubiese llegado cualquier otro personaje de los que intentaron convertirse en gobernador sustituto aquel 14 de diciembre.
¿Cómo les habría ido con Claudia Rivera Vivanco? ¿O con Enrique Doger Guerrero?
¿Mejor con Fernando Manzanilla Prieto?
¿Y qué tal con Ignacio Mier Velazco? Ninguno de ellos habría sido tan respetuoso como lo ha sido Céspedes y muy probablemente ya se habrían ido todos los miembros del gabinete, incluidos, o en primer lugar, María Teresa Castro Corro, Jesús Ramírez Díaz, Ana Laura Altamirano Pérez, Sergio Vergara Berdejo y Roberto Tenorio García. Julio Huerta no habría sido secretario y estaría de vuelta en Zinacatepec. Algo más importante aún.
No solo habría habido un relevo total del equipo heredado por Barbosa, sino que en este mismo momento existiría en Puebla todo un espectáculo político y mediático a partir de la exhibición de las irregularidades cometidas en el ejercicio de gobierno, entre agosto de 2019 y diciembre de 2022.
No les fue mal a los barbosistas, después de todo.