Educación en el desarrollo
En los países en proceso de desarrollo se presta especial atención en mayor o menor medida a la integración y fortalecimiento de la enseñanza tecnológica, en todos sus niveles educativos. En este marco de referencia, se insertan las acciones para reforzar, reorientar o valorar el trabajo manual y acrecentar la apetencia de los estudios técnicos en la educación formal y con apoyo a otros sistemas educativos digitales y de las redes sociales.
Además, es un hecho que una buena proporción de los estudiantes del Sistema de Educación medio superior y superior trabajan para sostener sus estudios y frecuentemente lo hacen en la especialidad que están cursando.
Por ello, se deben de tomar el planteamiento hecho por las autoridades educativas y universitarias de que los bachilleratos generales como los técnicos sean propedéuticos y/o terminales, para fortalecer el plan de estudios, la pertinencia y la infraestructura tecnológica con que se cuenta.
En la educación media superior, es muy importante al recibir a los alumnos de la secundaria, pero considerando que su eficiencia terminal es baja hacia los que van a la educación superior, y no llegan a inscribirse en las licenciaturas y se incorporan a las actividades productivas, con la preparación que adquirieron en sus estudios previos, sería conveniente que adicionalmente hubiesen estudiado una especialidad terminal con apoyo técnico.
Es cierto que la inmensa mayoría de los que estudian el bachillerato logran concluir, se inscriben en el nivel superior, después abandonan sus estudios un buen porcentaje para incorporarse al mercado de trabajo con los conocimientos y preparación practica universitaria hasta entonces adquirida.
Cuando coinciden las especialidades estudiadas en el nivel medio superior y superior, aumentan las posibilidades de éxito en un buen trabajo de su preparación profesional.
Mientras tanto, debe ampliarse la promoción, la cobertura y absorción del bachillerato tecnológico ya que actualmente su inscripción apenas llega a menos de la mitad del bachillerato general.
Paralelamente, hay la necesidad de promover, con mayor profundidad, las carreras técnicas terminales como las impartidas en la escuela o en otras instituciones oficiales y privadas, para aumentar, sensiblemente la poca absorción de los alumnos egresados de secundaria, así como superar la eficiencia terminal e instrumentar salidas laterales, debidamente acreditadas, aunque cada día más estudiantes optan por el nivel medio superior bivalente (propedéutico y terminal) para tener derecho al certificado del bachillerato.
Buena aceptación tienen los Institutos Tecnológicos y las Universidades Tecnológicas, al ofrecer carreras técnicas de menor duración, a base de estudios en cuatrimestres; llenando un hueco en la estructura ocupacional.
Los países desarrollados se caracterizan por contar con un amplio y buen sistema de educación tecnológica, desde las bases educativas hasta la cúspide universitaria.
Las Universidades Politécnicas y los Institutos Tecnológicos Superiores coadyuvan a la descentralización de la educación tecnológica superior que junto con las muchas instituciones especialistas que apoyan el desarrollo nacional en los estados de la República.
Por otra parte es preocupante que la composición de la matrícula de las licenciaturas en carreras tecnológicas no corresponda a la necesidad del desarrollo del país.
Muy importante para el país que las inscripciones en las ingenierías y en las ciencias tecnologías absorban más de los egresados de los bachilleratos, y vayan aumentando con los requerimientos para cubrir las necesidades del sector laboral del país en el desarrollo.