Las raíces: testigos de la erosión de los suelos
Un análisis minucioso de las raíces de los árboles ayuda a conocer cuándo cambió un territorio a causa de la erosión. Ellas son sensibles al cambio de las condiciones ambientales.
La degradación de los suelos es un serio problema en México. El proceso más común es la erosión hídrica debido a que, a veces, el agua acumulada de lluvia rebasa la capacidad de infiltración de los suelos, por lo que escurre cuesta abajo.
Los flujos de agua arrasan con todo, desde materiales finos hasta masas enormes de terreno, lo que transforma el paisaje. Factores como la disminución de la vegetación endémica y una pendiente pronunciada aceleran el proceso.
Las raíces de los árboles fortalecen los suelos y son una ventana al pasado porque en ellas queda grabado cuándo ocurrieron distintos fenómenos naturales.
En particular, las raíces reaccionan ante la exposición porque están acostumbradas a estar bajo tierra. Estas intrincadas terminaciones son útiles biomarcadores que ayudan reconstruir los eventos presentes y pasados, ya que su patrón de crecimiento cambia cuando la temperatura y la humedad son distintas a las habituales.
RAÍCES, SUELOS Y VOLCANES
Entender la erosión a partir del estudio de las raíces es una idea pionera, al menos en el país. La investigación la realiza un equipo multidisciplinario del que forma parte el doctor Osvaldo Franco Ramos, del Instituto de Geografía de la UNAM.
El especialista y su grupo de trabajo viajaron al Volcán Paricutín, en Michoacán, y a Huasca, Hidalgo. Compararon un volcán más joven, de menos de 100 años, con uno antiguo para entender cómo funciona la erosión en suelos con características e historia distintas.
La labor empezó con la búsqueda de raíces expuestas en las paredes de las cárcavas (canales profundos ocasionados por un proceso erosivo prolongado). Fue una tarea difícil, ya que en las zonas erosionadas no es posible encontrar suficiente vegetación.
Los investigadores seleccionaron raíces de diferentes partes de la cárcava: abajo, en medio y arriba. El método les permitió entender su evolución, debido a que estos socavones se expanden desde el punto de origen y en dirección a la cima del volcán. “Al tomar las medidas de la cárcava y de las muestras seleccionadas fue posible hacer cálculos y saber cuánto sedimento se perdió en cada corte que hicimos”, puntualizó el doctor Franco. Así, pudieron conocer el ritmo vertiginoso al que avanza la erosión.
DENDROGEOMORFOLOGÍA
El doctor Osvaldo Franco se dedica a la dend ro ge o morfología, disciplina que estudia el crecimiento de los árboles y su interacción con el ambiente. El análisis de las raíces cae dentro de sus múltiples enfoques.
La reconstrucción permite ver cuándo y a qué velocidad empezó a cambiar un lugar, así como a entender cómo actúa un fenómeno negativo. Además de empobrecer los suelos, la erosión también altera la dinámica de precipitación y distribución del agua.
Los resultados obtenidos son necesarios para elaborar planes de ordenamiento territorial más certeros y promover la reforestación, la conservación y la protección de las áreas naturales.
Los árboles son elementos invaluables por sus servicios ecosistémicos y por su memoria; sin embargo, hay diferentes especies que se enfrentan a la deforestación. “La mayoría de los bosques en México están desprotegidos”, denuncia el investigador Franco.
Los cambios que sufren las raíces son una respuesta a las alteraciones del paisaje. Basta con prestarles atención para entender los procesos que vulneran el bienestar natural y social.