Definiciones presidenciales
Este 20 de noviembre llegó la fecha establecida por el Instituto Nacional Electoral para el banderazo de salida con rumbo a los comicios del 2024 y la sucesión presidencial, unas elecciones que pintan para ser las más trascendentes en la historia reciente de México por todo lo que está en juego, y el modo en el que se puede definir el futuro del país a corto y largo plazo, cabe hacer la aclaración que lo que comenzó el lunes corresponde apenas a las precampañas electorales, aunque al margen de esto hay dos importantes aspectos a puntualizar: El primero es que si bien aún falta mucho tiempo para que empiecen las campañas oficiales (hasta el 1 de marzo), la realidad es que llevamos ya mucho tiempo viendo lo que a todas luces son actos anticipados de campaña por parte de todas y todos los aspirantes y el segundo es que bien podríamos saltarnos el periodo de precampañas, pues las dos coaliciones y el partido político que van a competir por la máxima magistratura, parecen tener bien definido quiénes serán sus candidatas y candidato.
Por parte de la coalición gobernante, Morena, PT y Verde está Claudia Sheinbaum, quien es la más señalada por iniciar su campaña fuera de los tiempos que marca nuestra ley electoral, Claudia es también acusada de ser un peón del presidente en turno y que en caso de ganar, dará una continuidad meticulosa a los deseos del lopezobradorato, además de no tener el carisma, ni la capacidad de convocatoria por cuenta propia necesarios en una campaña presidencial, sin embargo todas las casas encuestadoras serias, ponen a Sheinbaum como primer lugar en las preferencias electorales, sacándole hasta 25 puntos en muchas de ellas a su inmediata perseguidora, por lo que la estrategia para convertirse en la primera presidenta de México parece sencilla, nadar de muertito y dejarse llevar por la corriente Obradorista, igual que lo hiciera en el proceso de las corcholatas, además la virtual candidata del oficialismo parece no tener mayor problema con asumirse como una candidata sin agenda y cuyo único propósito es acatar las órdenes y designios del inquilino de palacio nacional, siempre y cuando esto la lleve a la silla presidencial.
Mientras tanto en el frente amplio por México la cosa es bastante distinta, su virtual candidata es la ex senadora Xóchitl Gálvez, la cual inició como todo un fenómeno, la primera opositora en este sexenio en aguantarle más de un round al presidente de la república, incluso llegando a ponerlo en jaque en diversas ocasiones, Gálvez sumó poco a poco los adeptos necesarios para que los partidos políticos de oposición el PAN, el PRI y el PRD, la postularan como su candidata, pues dicen por ahí, no era la primera opción de ninguna de estas fuerzas políticas, sin embargo lo logró. Aunque su principal virtud, fue la de poder mimetizarse con la corriente ciudadana de la clase media, inconforme con la administración de turno y que ya había mostrado músculo en las marchas realizadas en defensa del INE y no obstante todo lo anterior a poco más de tres meses que iniciara el fenómeno Gálvez, hoy en día parece estarse esfumando dramáticamente con una virtual candidata que brillaba por su candor, frescura y su habilidad y capacidad de improvisación y respuesta, que hoy en día se ve cabizbaja, absorta en sus propias ideas, sin estrategia ni aliados claros. Pues si bien Xóchitl cuenta con una gran simpatía entre la ciudadanía, esta no forma parte de un voto duro como sí lo hacen los seguidores de la 4t, si la virtual candidata de oposición no convence podría perder potenciales votantes a manos de una tercera opción de la cual hablaremos más adelante.