El Sol de Puebla

Acusan instalació­n de empresa contaminan­te

Hasta el momento no saben si cuenta con los permisos necesarios y el Ayuntamien­to de Puebla no los ha ayudado

- ALBA ESPEJEL

En noviembre del 2023 en la colonia Independen­cia, se instaló una empresa sin nombre dedicada al corte de tubos de acero y soldadura. Al principio, los vecinos minimizaro­n su llegada, pero con el paso del tiempo, su presencia ha generado problemas de salud y conflictos sociales. Los colonos aseguran que diariament­e hay ruidos excesivos mayores a los 80 decibeles, gases tóxicos y polvo tan fino que ha afectado su visión. El Ayuntamien­to de Puebla y la junta auxiliar Ignacio Romero Vargas están enterados de la situación, pero no han hecho nada al respecto.

El Sol de Puebla acudió al lugar de los hechos, en la colonia Independen­cia, puntualmen­te en la calle Orizaba y los vecinos se reunieron para dar a conocer sus inconformi­dades. Juan Carlos Bautista, es el vecino directo de esta presunta fábrica, quien calificó su estancia como una “tortura”, pues le ha generado estrés, problemas auditivos y a su hijo de dos años le ha generado problemas al respirar, por lo que diariament­e tienen que hacerle lavados nasales.

“Cortan y soldan estos tubos y eso ha generado ruido excesivo. Para mí es una tortura porque es un ruido muy alto, tengo una bocina y ni al ponerla con el volumen más alto puede superar el ruido que genera. Yo siento los oídos calientes, tapados, me levanto con un tiiiiiii (SIC) en el oído y es desesperan­te amanecer así. Tengo un bebé de dos años y no lo dejan dormir, se despierta temblando, brinca y ya no sabemos que hacer”, reclamó.

La familia de Juan Carlos tiene que estar con cubrebocas todo el tiempo, debido a que el polvo que genera esta fábrica es constante y aunque tienen un jardín, el niño ya no puede salir a ocuparlo debido que todo el tiempo está contaminad­o. “Si salimos al jardín siempre hay humo, entonces mi niño no puede disfrutarl­o. Queremos darle una vida bonita y no podemos disfrutar ese ambiente porque no podemos respirar y desde que se instalaron nos enfermamos una vez por mes”, agregó.

Mónica Mejía es la esposa de Juan Carlos y también respaldó lo anterior, pero lo que más teme es que la salud de su hijo se agrave, ya que por “coincidenc­ia” ahora tiene alergias y se enferma seguido. En suma, aceptó que el ruido ha generado problemas con su pareja, ya que ambos se encuentran estresados la mayor parte del tiempo y esto los pone susceptibl­es e irritables. “A nivel emocional y de relación ya nos afectó. Estamos en constante exposición a este ruido y eso genera estrés, estamos preocupado­s”, compartió.

Gilberto Amador es otro de los vecinos, quien compartió que desde la primera semana que llegaron los trabajador­es, hablaron con el encargado del proyecto y le hicieron varias preguntas como: ¿a qué se iban a dedicar?, ¿cuánto tiempo iban a estar?, y no les quisieron responder, tampoco les dijeron los decibeles que iban a tener y el humo, así como polvo que iban a generar.

“Sólo nos dijeron: ya rentamos aquí por un año y les guste o no les guste vamos a trabajar aquí un año. Les dijimos que nos presentara­n sus permisos, pero no nos quisieron mostrar nada. No nos han demostrado en papeles el nombre de la empresa, si cuentan con los premisos, ni a qué se dedican. Tenemos grabados su actitud negativa y la última vez que los encaramos les dijimos que íbamos a ir con las autoridade­s, pero su respuesta fue que nos la íbamos a pelar”, expuso.

El señor Amador es una persona de la tercera edad, pero se encontraba bien de salud. Desde que llegó la empresa, tiene que usar gotas para la vista, ya que el polvo “tan fino” que arroja le ha lastimado la vista. “Siento arena en los ojos y en mi propia casa tengo que tener todo cerrado porque entra ese polvo. Tampoco ya puedo tener visitas, porque no podemos platicar por el ruido y el polvo es insoportab­le”, criticó.

Por su parte, Cony Cristales también una vecina de la tercera edad, ha registrado problemas al respirar y sus médicos le han dicho que sus pulmones están teniendo afectacion­es. “Me dicen que ya no puedo estar aquí, pero a dónde me voy a ir. Yo ya no puedo respirar y lo único que quiero es que las autoridade­s vengan y si es posible que clausuren esto”, declaró.

Ruperto Marín Orea, es otro afectado de la vista. Recienteme­nte lo operaron y el polvo no está ayudando a su recuperaci­ón, en últimas semanas su respiració­n se ha visto afectada, tose mucho, estornuda mucho y la única relación que encuentra es la instalació­n de esta fábrica. “Sólo pedimos que las autoridade­s vengan a ver, porque ya no podemos vivir así, cada vez veo más nublado y me echo mis gotas, pero ya no me funcionan”, indicó.

Guadalupe Bautista es la encargada de acudir con las autoridade­s y recolectar las firmas de toda la calle. Sin embargo, no ha tenido éxito. Ya acudieron con Protección Civil Municipal, Normativid­ad Municipal, Medio Ambiente Municipal y con la Presidenci­a Auxiliar de Ignacio Romero Vargas, pero nadie les ha dado solución. Incluso han acudido funcionari­os, pero se han burlado, ingresan dos minutos y se van.

El siguiente punto será acudir con el gobierno del estado, pero temen que sea la misma dinámica, es decir, que junten firmes, que hagan un documento, que los reciban, que se los firmen, pero no se logre nada. De nueva cuenta hacen un exhorto a las autoridade­s para visitar la zona, investigar y determinar si hay algo irregular.

Los colonos aseguran que diariament­e hay ruidos excesivos mayores a los 80 decibeles, gases tóxicos y polvo tan fino que ha afectado su visión

No nos han demostrado en papeles el nombre de la empresa, si cuentan con los permisos, ni a qué se dedican. Tenemos grabados su actitud negativa y la última vez que los encaramos les dijimos que íbamos a ir con las autoridade­s, pero su respuesta fue que nos la íbamos a pelar”

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/CORTESÍA VECINOS La familia de Juan Carlos tiene que estar con cubrebocas todo el tiempo, debido a que el polvo que genera esta fábrica es constante y aunque tienen un jardín, el niño ya no puede salir

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