Lozano: como tambor de guerra, como una sirena

Es una auténtica ave de tempestades; una figura siempre relacionada con encendidas polémicas. La presencia de Javier Lozano Alarcón debe leerse como el aviso de un crudo intercambio de misiles entre el equipo de Mario Riestra Piña y José Chedraui Budib.

Desde que se anunció y posteriormente se desmintió el retorno del operador Eukid Castañón Herrera, en la campaña se encendieron diversas alarmas. En ese momento se consideró que frente a la posibilidad de un enemigo especialmente peligroso era necesario llamar un refuerzo. Es como el antídoto ante una serpiente; el suero que puede menguar la toxicidad.

Así fue como Riestra llama a Javier Lozano. Este punto se debe enfatizar de manera particular. No fue otro protagonista, tampoco el comité estatal; fue el abanderado a la presidencia municipal. Estamos ante una acción que refleja autonomía y un criterio propio frente al resto del aparato albiazul.

Mario sabe perfectamente que se enfrentará a una poderosa estructura y que esta será la elección más cerrada de las últimas décadas. Obviamente la sombra de una guerra de lodo se cierne sobre su figura y equipo. Por eso requiere de ese antídoto.

En su primera conferencia de prensa para este proceso el polémico Javier Lozano aludió a los morenovallistas que ahora juegan en Morena. Aunque no mencionó nombres señaló que se trata de sus amigos, pero le causa extrañeza su filiación a la 4T.

Y advirtió: “Conmigo el que se sube se pasea, digo las cosas con fundamentos y con la firmeza necesaria. Si pensaron que es un concierto del festival Cervantino, están equivocados, es una contienda electoral y son de contrastes”.

En la esquina de enfrente nadie puede dudar que José Chedraui Budib es un hombre pulcro y respetable; ajeno a las zonas oscuras de la política, pero está rodeado de varios agentes que están acostumbrados a operar desde las catacumbas.

Lo hemos dicho en varias ocasiones. Todo este ambiente enrarecido, esa bruma puede empañar un proceso electoral que tiene todo para ser ejemplar.

Hasta el momento tanto el proyecto de Mario Riestra como el de Chedraui se conducen con precisión y sobriedad; aunque el resto del escenario político no es así.

En todos los frentes partidistas no cesan los yerros, pifias, tropiezos y enredos que rayan en la hilaridad. Rotan candidatos y operadores en cuestión de horas. Es un enredo propio de una comedia.

Esto no sucede en la estructura de Riestra y Chedraui. Ambos se conducen cuidadosa y escrupulosamente.

Sin embargo, la presencia de Javier Lozano Alarcón debe leerse como el redoble de los tambores de guerra; como las sirenas de una ciudad que será bombardeada. Representa decir: “Si lanzas misiles, te vamos a responder”.

También se debe precisar que entre Eukid Castañón y Lozano no hay punto de comparación. El primero es un jugador local; su esfera de operación y estrategias de espionaje no van más allá de San Martín Texmelucan.

‘En contrario sensu’ Lozano es un agente que se mueve en la esfera nacional; su caja de resonancia abarca medios de la Ciudad de México. Y aunque constantemente se señala su impopularidad esa se debe a la conocida beligerancia con que se conduce.

Si, Javier es un luchador de los “rudos”, propio para la guerra que está por iniciar.

Como siempre quedo a sus órdenes.