¡Un orgullo ser parte de la historia!
Para ser parte de la historia, hay que vivirla desde adentro, así fue como un día 26 de junio de 1967, a las 8.45 de la mañana, subí aquellas hermosas escaleras del edificio que hoy albergan las instalaciones de El Sol de Puebla.
En 1944 se iniciaron labores en la avenida Reforma. Ya en 1945 se trasladaron a la esquina de la 2 Sur y 3 Oriente, edificio que albergaba las instalaciones del Hotel Italia, que se convirtió en la fuente de trabajo de cientos de trabajadores que elaboran el periódico más importante de la región, que este próximo 5 de mayo cumple 80 años de informar a los poblanos.
Aquella generación de periodistas que en 1967 llegó a ver el cambio al nuevo sistema Offset, causando la sensación entre los lectores, cuando las imágenes se imprimieron a todo color.
Eran tiempos en que las noticias se escribían en máquinas de escribir Olivetti y Olimpia, donde se utilizaban cuartillas de recorte de papel capa, que era el sobrante que quedaba después del tiraje de los periódicos.
Épocas en que las notas se podían tachar, borrar, realizar líneas para separar y corregir lo mal escrito; la algarabía en el Departamento de Redacción en donde cualquier reportero preguntaba a gritos algún sinónimo, una opinión respecto a una nota, el nombre de algún funcionario que se había olvidado.
Terminadas las notas, se mandaban al Departamento de Corrección con los hermanos Trejo; posteriormente se entregaban al jefe de Redacción Neftalí Zazueta y Jerónimo Morales, “Moralitos”, luego en modo de rollos se mandaban al Departamento de Linotipos y Formación.
LABOR TITÁNICA
Como olvidar aquellos años finales de los sesentas, cuando la elaboración de un periódico era más complicada que hoy día; una de las enormes diferencias era que las notas se formaban letra por letra, hechas de metal llamadas “cuadratines”, que salían al tecleado de los linotipos, para después en el Departamento de Formación acomodarlas en un rectángulo de madera para formar una plana completa.
De ahí pasaban al Departamento de Fotomecánica, en donde se imprimía una foto en negativo en película de plástico; estando húmeda la hoja, se pasaba a una máquina marca “Stark” donde se colocaba para su secado.
De ahí pasaba a otra máquina de vaciado que con luz infrarroja se plasmaba el contenido a una lámina, para luego ser trasladada a las rotativas y montarla en los rodillos, donde de inmediato se escuchaba la voz fuerte del jefe de prensas, Felipe Alamilla: ¡ARRANQUEN!
MIS INICIOS
Mis sueños de adolescente dieron sus frutos cuando un día lunes 12 de abril de 1971, se publicó mi primera nota titulada “ROTONDAS PARA EVIITAR PELIGRO EN LOS CRUCES DEL F.C. Y CARRETERAS”.
De esta manera todos mis compañeros de aquella extraordinaria generación sin saberlo fueron mis maestros. Hicimos nuestra propia historia. Hoy las nuevas generaciones están haciendo la suya.