Rodeada de amor y cariño, Feli celebra 100 años de vida
La cumpleañera atribuye su longevidad a una sana alimentación, destacando su preferencia por la leche natural en su dieta diaria
FELIPA PÉREZ LEÓN
“Feli” toma en sus manos una fotografía vieja, es de ella cuando tenía 16 años, luce un vestido blanco y una larga trenza, a su lado está su amiga Ricarda y se pregunta con nostalgia qué hubiera pasado si ella también llegara a la centuria. El pasado 1 de mayo cumplió 100 años y es inevitable hacer memoria de todo lo vivido, de los buenos ratos, pero también de los malos.
Felipa Pérez León, cariñosamente conocida como "Feli", celebra sus 100 años de vida rodeada de afecto y gratitud por una vida plena. Con una trayectoria marcada por el amor a su extensa familia, Feli es un verdadero ejemplo de perseverancia y amor incondicional. “Tengo muchas anécdotas, nunca pensé que iba a cumplir tantos años, pero agradezco todo lo vivido”, comparte a El Sol de Puebla.
Con nueve hijos en su legado, Feli ha dedicado décadas a cuidar, educar y guiar a su descendencia. A pesar de los momentos difíciles, como la pérdida de tres de sus hijos por enfermedades, su fortaleza y amor inquebrantable han sido pilares en su camino de vida. “Creo que el momento más difícil que viví fue perder a mis hijos, ni una madre está preparada para verlos partir, siempre pensé que todos ellos se despedirían de mí, pero no fue así. No sé por qué se fueron mis hijos si estaban tan jóvenes”, expresa.
Feli creció en Tlaxcala, en un municipio pequeño que se llama San Jerónimo Zacualpan, y se casó a los 19 años con un maestro de nombre Heriberto Corona Rodríguez, con quien se mudó a la capital poblana para que sus hijos tuvieran una mejor educación. A lo largo de su centenaria vida, Feli ha vivido en diferentes lugares de Puebla, como la zona del Paseo Bravo, la colonia Volcanes, Prados Agua Azul y por último en San Manuel, donde lleva 50 de sus 100 años, enriqueciendo su experiencia y sus recuerdos con cada etapa vivida en esta tierra que ama y que considera su hogar.
Durante este tiempo ha formado un entorno familiar en el que la educación y el aprendizaje son valores fundamentales. Esta influencia ha dejado una huella imborrable en su vida y en la de sus seres queridos, quienes han heredado su pasión por el conocimiento y el crecimiento personal.
“Fui ama de casa y siempre me gustó jugar con mis hijos, a mi esposo le gustaba mucho la bicicleta y les inculcó que todos deberían de estudiar. A mí me gusta cocinar, limpiar, lavar los trastes o mis pañuelos, me relaja mucho, pero ya no me dejan porque dicen que me voy a enfermar”, señala.
Con 9 hijas e hijos (tres ya fallecidos), 17 nietos y 11 bisnietos, la familia de Feli es un reflejo de su amor y dedicación. Cada uno de sus descendientes lleva consigo el legado de una mujer excepcional, cuya bondad y generosidad han dejado una marca imborrable en sus corazones. “En mi cumpleaños me hicieron una fiesta de
Nombre de sus hijas e hijos: niña chiquita, me llevaron una piñata con picos y con muchos dulces. Antes me aventaba, ahora ya no puedo, pero yo quiero mucho a todos mis nietos y mis hijas que me celebraron”, agrega.
Feli atribuye su longevidad a una alimentación sana y natural, destacando su preferencia por la leche natural como un pilar en su dieta diaria. Considera que esta elección ha sido clave en su bienestar físico y mental a lo largo de los años. “Yo tomaba leche natural y cuando nos venimos a Puebla mi esposo insistió que plantáramos nuestros árboles, por eso hay un árbol de aguacate en el patio”, asienta.
En 2016 Feli enfrentó otra de las mayores
"Tengo muchas anécdotas, nunca pensé que iba a cumplir tantos años, pero agradezco todo lo vivido”
pruebas de su vida con el fallecimiento de su esposo (que murió en febrero a los 95 años de edad), un compañero de vida con quien compartió innumerables alegrías y desafíos. A pesar de la tristeza, su amor perdura en su memoria y en la de su familia, quienes siguen recordando con cariño su legado de amor y compañerismo.
Actualmente, la familia y amigos de Feli se reúnen para celebrar la vida y el legado de una mujer excepcional, cuya luz y amor continúan iluminando el camino de quienes tienen la suerte de conocerla. ¡Felices 100 años, Feli, que la alegría y el amor sigan acompañándote en este nuevo capítulo de tu vida!
Desde hace 20 años, panaderas artesanas de Puebla, siguen la tradición familiar de este oficio y elaboran gran variedad de panes a base de masa madre, dándole el sabor y el toque perfecto a cada una de las piezas con ingredientes de frutas naturales que ellas mismas preparan.
Ilse, Brisela y Jovana son hermanas y saben hacer de todo tipo de trabajo dentro de la panadería, desde mezclar, elaborar, fermentar y hornear, también hacen las mermeladas y cremas pasteleras y las figuras de pan que preparan son sin utilizar máquinas con excepción del batido, ellas llegan desde las 5:30 de la mañana para comenzar su jornada y elaborar baguettes, cuernos, piedras, empanadas, conchas, chocolatines y también los croissant rellenos de pera, manzana, guayaba, ate, musée, todo hecho con las manos para deleitar con su sazón a los consumidores dentro de Bakery Café.