Hagámoslo en familia
Que importante es compartir los
Los tiempos y las circunstancias actuales nos van delimitando estos espacios porque ya los horarios de trabajos no coinciden. Trabaja el papá, la mamá, los hijos, los abuelos y difícilmente, al menos entre semana, se pondrán reunir las familias para estar todos a la hora de la comida y degustar los alimentos. Antes era más común; ahora es más complicado.
Los fines de semana servían para estar todos juntos, poder tal vez platicar o hacer algún comentario sobre la semana o simplemente para verse todos. Ahora, en los fines de semana no se pueden juntar con frecuencia las familias, sobre todo con los hijos porque ya cada uno tiene definidas sus actividades y compromisos, y, desde mi óptica personal, pues no se les puede obligar a que estén en la mesa, aunque si es importante no dejar de invitarlos a que nos acompañemos mutuamente.
Justamente esos espacios de comida, ya no digamos de desayuno o cena, porque eran y son más difíciles, pero, si, al mediodía, servía para poder platicar con los hijos, hacer la bendición de los alimentos, y tranquilamente consumirlos.
Sé que había y sigue habiendo familias muy cerradas, pero hay otras, la mayoría, que son más abiertas a esos espacios de diálogo, que cuando son constructivos ayudan en la dinámica del crecer y valorar los comentarios u observaciones que se hacen, pero que cuando son para regañar o lastimar, sólo llevan a la separación.
Bajo cualquier circunstancia es preferible fortalecer el diálogo, la escucha y la comunicación con nuestra familia, porque al hacerlo nos está permitiendo seguir conociéndonos en nuestros cambios presentes y en nuestros proyectos futuros.
Se viene a mi mente lo importante que es el saber leer en familia cuando se inspira y se motiva para hacerlo, porque el leer nos transporta a lugares infinitos donde la imaginación se desborda, pero que también nos da la pauta para aprender de lo leído y ponerlo a nuestro servicio, y después a disposición de los