En tiempos de transformación, nuevas estructuras
Estamos viviendo, indiscutiblemente, tiempos de transformación, en los que equipos de transición se encuentran haciendo su trabajo en el tema de solicitar cuentas y saldos pendientes que no sólo se tratan de términos monetarios, sino de lo más importante,
En este contexto de transformación, la inspección de las finanzas públicas es una de las facultades más relevantes de los órganos legislativos. Particularmente en nuestro país, estas atribuciones tienen como finalidad aprobar y vigilar el desempeño del presupuesto de Egresos de la Federación y la revisión de la cuenta pública, evaluar los resultados de la gestión financiera, comprobar si se han ajustado a los criterios del presupuesto y verificar el cumplimiento de los objetivos contenidos en los programas, entre ellos se incluye el Plan Nacional de Desarrollo y el cumplimiento de sus metas.
Sin embargo, los cambios a nivel global, así como las crisis económicas en otros países que, a pesar de las distancias, cada vez estamos más vinculados por un sinnúmero de tratados e incluso acuerdos comerciales, han generado a nivel mundial debatir el papel que juega el Poder Legislativo dentro del ciclo presupuestario y sus funciones relacionadas con el control de los recursos públicos.
Esta situación ha ocasionado la necesidad de estudiar la posibilidad de ser este Poder fortalecido en el monitoreo del comportamiento de las finanzas públicas nacionales y la evaluación de políticas fiscales. En consecuencia, en distintos países como Perú, Italia, España, Chile, Francia, Finlandia y Serbia han surgido órganos de carácter técnico con especialización en el análisis de diversas dimensiones de las finanzas públicas, cuya labor se centra en apoyar sus tareas legislativas, así como en la generación de información relevante y oportuna que permite hacer recomendaciones u opiniones técnicas.
En el caso de nuestro país, existe una ventana de oportunidad con esta Cuarta Transformación, pues es necesario fortalecer al Poder Legislativo Federal, en materia presupuestaria. Sabemos que en ambas Cámaras surgieron institutos o centros de información como respuesta, primero, a la prestación de un servicio de orden técnico para auxiliar a las comisiones ordinarias de dictamen legislativo que tuvieran competencia en asuntos de hacienda pública; así como a los grupos parlamentarios, senadores y diputados que necesitaran de este tipo de apoyos para el mejor desarrollo de sus funciones. Así, a finales de la década de los noventa se delineó con mayor fuerza la estructura orgánica y funciones del Centro de Estudios de las Finanzas Públicas de la Cámara de Diputados y del Instituto Belisario Domínguez del Senado de la República; sin embargo, la creación de ambas instancias, no han sido suficientes para que los integrantes de este Poder las ejerzan a cabalidad.
Aunado a estos órganos, se cuenta con la Unidad de Evaluación y Control de la Comisión de Vigilancia de la Auditoría Superior de la Federación, que posee facultades para emitir opiniones y afianzar las tareas en materia hacendaria.
Estas instancias poseen facultades que permiten la revisión de las finanzas públicas y emiten opiniones sobre la hacienda pública en diferentes aspectos; sin embargo, ninguno de sus análisis tiene la autonomía y el alcance que nos haría pensar que estamos ante la presencia de una institución capaz de promover la transparencia y credibilidad para asegurar que las políticas fiscales estén saneadas y sean sostenibles, encargado de las tareas técnicas relacionadas con el proceso de toma de decisiones de las políticas fiscales, tanto para las previsiones del presupuesto o seguimiento de la evolución presupuestaria o de las reglas fiscales, así como para el análisis a largo plazo de sostenibilidad de las finanzas públicas y su análisis normativo donde se especifiquen comportamientos macroeconómicos y de finanzas públicas que sean eficientes.
Es por ello que, pugnamos por la creación de un Consejo Fiscal en México como un órgano de estas magnitudes, que permita al país prever escenarios de crisis y ofrecer proyecciones ideales con base en estudios técnicos confiables y sin sesgos partidistas. La estabilidad de las finanzas públicas, a través del tiempo, evitaría desbalances entre el gasto público y los ingresos requeridos para financiarlo; detendría los altos niveles de deuda que ponen en riesgo el crecimiento del PIB, además de reducir el desempleo y controlar la inflación.
En el Encuentro Empresarial de Coparmex, el entonces candidato presidencial de Morena, hoy presidente electo de Mexico, consideró que aceptaría la creación de un Consejo Fiscal, por lo que hoy más que nunca estamos ciertos que una institución así apoyaría incluso al próximo Gobierno Federal a evaluar su desempeño fiscal y financiero para un Mexico que requiere fortalecer su desempeño en esta área. Ojalá lo logremos y pueda crearse por el Congreso de la Unión.
Pugnamos por la creación de un Consejo Fiscal en México, que permita al país prever escenarios de crisis y ofrecer proyecciones ideales con base en estudios técnicos confiables y sin sesgos partidistas. La estabilidad de las finanzas públicas, a través del tiempo, evitaría desbalances entre el gasto público y los ingresos requeridos para financiarlo.