Las meninas
Son siempre
lo mismo, y son siempre diferentes. Se trata de Las meninas uno de los espectáculos -como lo he escrito anteriormentemás inteligentes, transgresores, irreverentes, pero sobre todo más divertidos que cíclicamente aparece en la cartelera.
Si bien tienen ya un público cautivo, que las busca donde quiera que se presentan, Las meninas van sumando admiradores con cada uno de los nuevos montajes que ponen.
Como seguramente hay mucha gente que aún no las conoce, cuento que Las meninas es una propuesta creada por el Doctor en Historia del Arte Luis Huitrón, en colaboración con Hugo Isaac Serrano, quienes se inventaron esta forma lúdico-didáctica para mostrar pasajes importantes de la historia de México.
Con gran maestría, que conjuga la diversión con la enseñanza (pues todos los datos que se presentan están perfectamente documentados), Las meninas han llevado a escena montajes en torno a personajes como Sor Juana, Maximiliano y Carlota, Hernán Cortés, y temáticas como la Semana Santa y el Día de muertos, o el Ayate de la Virgen de Guadalupe.
En esta ocasión Las Meninas presentan un capítulo más de su dramatización de la Historia nacional, titulado Un pecado llamado Juárez, que tiene como protagonista, evidentemente, al llamado Benemérito de las Américas, pero con múltiples alusiones a la situación política actual, claramente ligada a Benito Juárez.
La genial propuesta se ve engrandecida por el trabajo actoral del mismo Luis Huitrón, quien posee una vis cómica, una gracia y una agilidad mental que hacen que el público lo adore como la tremendamente bárbara María Bárbara.
Lo acompañan, también excelentemente bien, Cristina Cortés (como la liberal Alma María) y Christian Escorcia (como la mocha tía Cecilia).
Un pecado llamado Juárez, lastimosamente, concluye su temporada hoy domingo con una última función a las 18:00 horas en el Foro Lenin, ubicado en la calle de Mérida, casi esquina con Álvaro Obregón, en la colonia Roma…
Por fortuna, anuncian un nuevo capítulo de esta dramatización histórica a partir del 28 de julio, que bien puede ser la continuación de éste, pues estará dedicado a las figuras de Maximiliano y Carlota.
En la función que me tocó ver, detrás de mí estaba un grupo de gente que nunca había visto a Las meninas, una compañera de oficina los convenció de ir a verlas. Al final todos quedaron maravillados y le agradecieron la invitación. ¿De dónde los conoces?, le preguntaron. Ella respondió: uno de ellos es mi maestro de Historia.
Mi acompañante, quien tampoco las había visto antes, me dijo: Así debieran ser todas las clases de Historia en este país.
Tiene toda la razón.