Expresidente de Egipto muere durante su juicio
EL CAIRO. El primer presidente de Egipto elegido democráticamente en las urnas, el islamista Mohamed Mursi, falleció tras seis años de detención casi en aislamiento y sin acceso a tratamiento médico adecuado, castigado tras su derrocamiento en el golpe de Estado militar de julio de 2013.
El exmandatario, de 67 años, murió en un tribunal de El Cairo, donde asistía a una sesión del juicio contra él por cargos de espionaje, en uno de los tantos procesos judiciales abiertos en contra del islamista después de su caída en desgracia.
Las autoridades no revelaron las causas del fallecimiento, pero la Fiscalía General afirmó que Mursi se desmayó dentro de la jaula de acusados y fue trasladado al hospital, donde "llegó ya muerto" y sin "heridas recientes a la vista".
La salud del exmandatario se había deteriorado durante los años de detención, la mayor parte de los cuales los pasó en la prisión de Borg al Arab, ubicada en un paraje desértico al oeste de la ciudad mediterránea de Alejandría.
Desde ese centro penitenciario era trasladado a la capital en avión para comparecer en los juicios abiertos contra él y sólo en esas ocasiones se le pudo ver en los últimos años, siempre detrás de las rejas de la jaula de los acusados.
Su familia, así como organizaciones de derechos humanos, habían denunciado que Mursi estaba en régimen casi de aislamiento, no se le permitía recibir visitas ni tratamiento médico.
El Partido Libertad y Justicia, brazo político de los Hermanos Musulmanes, calificó de "asesinato" la muerte del expresidente y responsabilizó "a las autoridades golpistas del martirio" de Mursi.
El humilde profesor pasará a la historia como el primer presidente democrático tras la revolución egipcia de 2011