Pueblos y propiedades en San Juan del Río (S. XVI-XVIII)
Aun cuando la ciudad de Querétaro era el rector de la región, San Juan del Río fue un sitio fundamental en el camino hacia el norte. En el siglo XVI le fue asignado el rango de Alcaldía; después el de Provincia, en el siglo XVII, y el de Distrito para los siglos XVIII y XIX. Por su situación geográfica fue centro de un determinado territorio de influencia, a partir del cual crecieron pueblos, estancias, ranchos y haciendas, y fungió como abastecedor de bienes, insumos y alimentos para las poblaciones sujetas a su jurisdicción, con base en la redefinición y construcción de caminos.
En el siglo XVI, los pueblos sujetos a San Juan del Río eran cinco. San Bartolomé Amamoiza (significa “Álamo blanco”), actual San Bartolomé del Pino en Amealco. San Juan Degodo (significa “Agua que lleva pedrezuelas”), hoy San Juan Dehedo en Amealco. Santiago Canqueza (significa “Troncón”), actual Santiago Mexquititlán, Amealco. San Pedro Anzoni (significa “Pueblo de aguacates”), hoy San Pedro Ahuacatlán, San Juan del Río. Santa María Antes (significa “Tierra salitral”), actual Tequisquiapan.
Para fines de diciembre del año 1793, en un compendio histórico hecho por Pedro Martínez de Salazar y Pacheco, entonces subdelegado del Distrito de San Juan del Río, envió informes al virrey de la Nueva España, el conde de Revillagigedo, en los que asienta que había 37 haciendas y 17 ranchos independientes distribuidos en los tres partidos, que eran la cabecera San Juan del Río y sus pueblos sujetos: Tequisquiapan y Amealco.
Del siglo XVII al XVIII, en San Juan del Río muchas propiedades cambiaron de dueño. El cambio de posesiones ocurría por varias razones: desde el cobro de una deuda atrasada, hasta la compra directa de ranchos, haciendas, casas, solares, tierras de labor y pedazos. Esto favoreció el monopolio de bienes en pocos dueños.
La diversa documentación del Ramo Mercedes y del Ramo Tierras del Archivo General de la Nación, aporta apellidos de los propietarios económicamente más fuertes en San Juan del Río, en el siglo XVI: Andrada y Cervantes, Quesada, Pérez de Bocanegra, López de Soria, López de la Rosa, Lope de Sosa; para el siglo XVIII las familias: Silva, Quintanar, Pérez Romo, Gómez, Osornio, García, Olalde, Alvite, Espejo, Ávalos, Morales, Pérez de Bocanegra, Turuel, Cuéllar, Otero y Castro, Aguirre y Tello, Lizarde, Sánchez de Guevara, Fuentes, Gómez de Cervantes, entre otros.
Las propiedades entre los años 1574 y 1801 en la región de San Juan del Río fueron las siguientes: La Guitarrilla, Galindo, El Roncón, Michintepec, San Isidro de Lira, Santa Lucía, La H, San Sebastián, La Loma del Cardonal, Santa Rita, La Venta, Santiago, San Pedro Ahuacatlán, Santa Cruz, Nuestra Señora de Buena Esperanza, Cerrito Pedregoso, La Cueva, Cerro Gordo, El Sauz, San Clemente, Cazadero, La Estancia Grande, El Congo, Las Palmillas, San José Galindo, San Nicolás, Los Coyotes, El Muerto, Xingó, La Llave, El Ahorcado, El Caracol, Santa María de Todos Santos, Fuentezuelas, Santillán y La Luna.
La estructura geoeconómica resultó determinante en las condiciones sociopolíticas locales; desde el pueblo de San Juan del Río, a los cuatro vientos, la tierra se encontraba ocupada para 1713 en 74 predios de los cuales eran 37 haciendas, 18 ranchos, 14 tierras de labor, 1 sitio, 1 trasquila, 1 venta y 2 obrajes. Esto representaba el 95% de la ocupación de la demarcación, el restante 5% eran terrenos comunales de los pueblos. Para 1793 la mayoría de estas tierras ya tenían la categoría de haciendas y ranchos. Es entonces que, además de los ya mencionados, conocemos estos: Santa Rosa, La Fuente de Nava, La Laja, Puerto de Yáñez, La Magdalena, El Molino, Paso de Mata, Huerta Grande, Arroyo Zarco, San Antonio, La Tortuga, La Laborcilla, La Soledad, San Jacinto, Las Ánimas, Los Potrerillos de Perales, La Manga, Zatlahuco, Estancia de Santa Lucía, Batán de San Mateo, El Pinillo, El Coto, Arcila, La D, San Antonio Juchitlán, La Vaquería, Los Cues, Las Escolásticas, La Zapatilla, Ajuchitlancito y San Cristóbal de Arroyo Seco.
En este aspecto, San Juan del Río era notable por la cantidad de ranchos y haciendas, por otra parte, Querétaro contaba con 39 haciendas y 24 ranchos; mientras que Tolimán contaba solamente con 5 haciendas, aunque estas últimas de una asombrosa extensión por la cantidad de tierras con que contaban.
Si hacemos un comparativo, para el año 1794 San Juan del Río contaba con más pueblos respecto de su cabecera de la ciudad de Querétaro.
Cabe hacer mención que, durante al menos 270 años a partir de la fundación de San Juan del Río en 1531, tanto éste como los pueblos de Tequisquiapan y Amealco, tuvieron dueño.