Miles de funcionarios coahuilenses al Buró
La Secretaría de Salud de Coahuila, que lleva Roberto Bernal Gómez, ha provocado que más de tres mil de trabajadores de la dependencia se encuentren en el Buró de Crédito y, por ende, imposibilitados de obtener nuevos financiamientos debido a diversas irregularidades administrativas en las que han venido incurriendo desde junio de 2021 cuando violaron convenios con distintas empresas financieras dedicadas al crédito de nómina.
Hablamos de más de 50 millones de pesos en créditos que personal de dicha Secretaría solicitó a diversas entidades y al que cada uno de los trabajadores se les descuenta paulatinamente tal y como lo establecen los contratos.
El problema es que dichos recursos que son retenidos por el gobierno no son dispersados en tiempo y forma a las entidades financieras correspondientes, por lo que, sin deberla ni temerla, los empleados han sido afectados en sus historiales crediticios.
La Asociación Mexicana de Empresas de Nómina, que preside Gustavo Martin del Campo, organismo que concentra el 90 por ciento de este mercado en nuestro país, ha intentado llegar a un acuerdo con el propio secretario Bernal Gómez y con la Directora de Administración, Brenda Guevara, topándose con pared.
Entre las propuestas de la AMDEN se encuentra la opción de contratar una empresa especializada que regularice, de manera gratuita, la administración de los créditos, pero todo indica que no se quiere atender la problemática que se viene arrastrando desde hace casi dos años.
Un problema que, como ha sucedido en otros estados, podría pasar de administración en administración y en la cual los únicos afectados son los propios trabajadores.
Sin mencionar el daño a la confianza en un tipo de financiamiento que ha mostrado buenos números en los últimos años. Recientemente el sector reportó un incremento al tercer semestre del 2022 de 2.96 por ciento en su cartera de crédito vigente y de 11.50 por ciento de avance en el indicador de créditos otorgados.
El problema es que malas prácticas como las del gobierno de Coahuila afectan directamente el prestigio de un producto financiero que ha demostrado ser una opción viable ante las necesidades de personas que requieren recursos para sobrellevar alguna eventualidad económica que se les presente.
LOS TRES LE DIJERON QUE NO
Ayer el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, dijo que se siente muy tranquilo y orgulloso por frenar el aeropuerto de Texcoco y construir el AIFA, que sigue siendo una terminal aérea que nadie quiere usar. “Les cuento que ya había que decidir y le pedí a tres muy buenos profesionistas, estábamos en la etapa de transición, todavía era presidente electo, y les pedí un dictamen a Alfonso Romo, a Carlos Urzúa y al ingeniero Jiménez Espriú, los tres de confianza. Teníamos ya que resolver y les pedí que valoraran todo, y que se decidiera si continuábamos con el aeropuerto de Texcoco o se construía el aeropuerto aquí, el aeropuerto Felipe Ángeles. Y me entregaron el dictamen una tarde y los tres coincidían que había que continuar con el aeropuerto de Texcoco”. Pero el mandatario no quiso. “También me llamó mucho la atención que en la madrugada de ese día llegó el reporte de una de las asociaciones que manejan el espacio aéreo en el sentido de que había que hacer el aeropuerto en Texcoco porque, si no, no se iba a poder manejar el espacio aéreo, iba a haber interferencia, todo así hecho de manera muy extraña”. Pero al final se hizo su voluntad.