El Sol de San Juan del Río

Eclipse 2024

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El pasado lunes 08 de abril de 2024, tuvimos la oportunida­d histórica de observar un eclipse total solar en América del Norte: México, Estados Unidos y Canadá. En nuestro país, Mazatlán fue el lugar donde mejor se pudo observar este fenómeno; fue ahí donde la fase total del eclipse tuvo mayor duración. Otros estados de la república en los que pudo cubrir totalmente fueron en Durango y Coahuila, sin embargo, se pudo observar en otras partes del país de forma parcial, como en el caso del estado de Querétaro al ochenta por ciento.

Un poco de historia. Me remonto al eclipse total solar ocurrido hace treinta y tres años, el 11 de julio de 1991. Inició a las 11:47 horas, haciendo su aparición en La Paz, Baja California, y despidiénd­ose de México a las 13:46 horas en Chiapas. Este eclipse paralizó actividade­s en casi todo el país; desde muy temprano fue mínimo el movimiento vehicular, pues la mayoría de los empleados de gobierno lo tomaron como día de asueto. En las fábricas y en los comercios sólo se dieron algunos minutos para ser testigos del fenómeno natural más importante del siglo XX. Inició en Hawái, cruzó el océano Pacífico, siguió por México, continuó por el Pacífico, entró a Sudamérica donde mayormente cruzó por Brasil.

El eclipse de 1991 en México oscureció por alrededor de siete minutos poblacione­s en los estados de Baja California Sur, Sinaloa, Nayarit, Aguascalie­ntes, Jalisco, Guanajuato, Querétaro, Michoacán, Estado de México, Distrito Federal, Hidalgo, Tlaxcala, Puebla, Veracruz, Oaxaca y Chiapas. Fue en una franja (arco) el recorrido que el eclipse hizo en México. Se hizo visible en todo su esplendor por las anteriores entidades, llenando de admiración a millones de personas que lo observamos.

Como en aquel de 1991, en este eclipse de 2024, las zonas arqueológi­cas que cuentan con centros ceremonial­es de las culturas mesoameric­anas estuvieron muy concurrida­s por el turismo nacional y extranjero. Los gobiernos de los tres niveles enfatizaro­n las medidas para preservar la salud de la población por el eclipse; muy repetitivo el que las personas no lo miraran de forma directa, pues los rayos solares podrían causar afectacion­es graves a la vista de forma permanente. Varias empresas privadas y bancos, obsequiaro­n visores para poderlo ver, la sombra de los árboles y plantas formaron medias lunas y esa fue otra forma segura de verlo, incluso nos enseñaron como hacer la caja oscura de observació­n en casa, y los lentes autorizado­s los compramos con mayor facilidad ahora por 30 o 40 pesos.

Algunos creyentes se refugiaron en las iglesias para rezar porque no les ocurriera nada malo. Mujeres esposas y sobre todo en estado de embarazo se pusieron cintas rojas, tijeras, ajos y planchas en sus vientres, para impedir malformaci­ones fetales.

El eclipse alteró el comportami­ento de los animales, que reaccionar­on de acuerdo a su naturaleza. Apenas iniciado el fenómeno acudieron a sus guaridas. Los mamíferos buscaron refugio mucho antes que cayera la breve noche, en tanto que las aves bulliciosa­s, que siempre están haciendo ruido en las distintas regiones del país, guardaron silencio al ocurrir el eclipse.

Antes como ahora el júbilo llenó a la gente. Millones de manos se unieron en aplausos y las voces de los astrónomos, turistas y curiosos, festejaron cuando el disco lunar cubrió totalmente al sol, en los puntos que así se pudo apreciar y aún en los que se observó de forma parcial. A muchos movió al llanto.

El eclipse total de sol del año 1991, es uno de los más importante­s que se tengan memoria. Los que lo pudimos observar, en lo particular en San Juan del Río, no olvidaremo­s el momento en que se oscureció como la noche; por siete minutos, alrededor de las 13:00 horas, la oscuridad, el silencio, pero sobre todo, la admiración de este fenómeno fue fascinante.

El eclipse de abril de 2024 fue, sin duda una experienci­a única para muchas personas, sobre todo para los que eran muy pequeños o que no habían nacido hace treinta y tres años. Ojalá podamos llegar al siguiente eclipse que se podrá ver en México el 30 de marzo de 2052, es decir, dentro de veintiocho años.

Los gobiernos de los tres niveles enfatizaro­n las medidas para preservar la salud de la población por el eclipse; muy repetitivo

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