Agustín Corpus Hernández
DIOS EL PADRE CELESTIAL en Romanos 6:11 de la Biblia, nos da el único mensaje que nos puede libertar del poder del pecado que significa muerte espiritual, para tener vida espiritual en El, por medio del Salvador Cristo, como sigue: “Consideraos muertos al pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús Señor nuestro”, cuyo tema comentamos con motivo de la llamada fiesta de “Muertos o Fieles Difuntos”, tan celebrada ahora en nuestro país.
Dios nos explica al respecto, que los seres humanos como pecadores estamos muertos espiritualmente ante El, “porque no hay justo ni aún uno”; y por cuanto todos pecamos, es decir, estando en la condición de muertos espirituales estamos destituidos de las gloria de Dios, según Romanos 3:10 y 23, por lo cual necesitamos ineludiblemente al Salvador Jesús, para ser salvos e ir al gozo del Cielo de Dios Trino y Uno, debiendo hacerlo precisamente, aquí ahora, que aún tenemos vida física, antes de partir de este mundo a causa de la segura muerte física.
En efecto, como Dios nos ama por sobre todo lo creado, según Juan 3:16 y 14:6, nos da a Cristo crucificado para aceptarlo como Salvador personal, arrepentidos ante El de nuestros pecados, a fin de que Jesús nos justifique gratuitamente por su Gracia, que es Amor Perfecto, mediante su Muerte formando Cruz , según Romanos 3:24.
Por lo tanto, este Jesús con su ofrenda de Cruz que forma en el Calvario, según Hebreos 10:10-14 hace suyos, paga y perdona los pecados de sus creyentes arrepentidos ante El, y resucita al tercer día para estar al frente de estos seguidores suyos para darles vida espiritual y santificarlos para entrar al gozo por siempre en el Cielo, porque si morimos al pecado por medio de Cristo, El nos da el Nuevo Nacimiento o Nueva Vida de carácter espiritual, según Juan 3:3.
Estimado Lector: eres muy distinguido y apreciado por Cristo quien te invita a Morir al Pecado para Vivir con El por Siempre, si sólo le dices: “Mi Señor Dios Cristo, ¡SALVAME!, me arrepiento ante Ti de mis pecados, perdóname y límpiame con tu Sangre Divina derramada en el Calvario, creo en Ti y te recibo como Unico, Suficiente y Perfecto Salvador Personal”.
¡Muchas gracias, que Dios los bendiga ricamente y si El permite continuaremos el viernes siguiente. A sus órdenes mi teléfono el 815-39-73.