El Sol de San Luis Potosi

“Hombre conócete a ti mismo y conocerás el universo”

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LA VIRGEN DE GUADALUPE

(LA VIRGEN QUE FORJÓ UNA PATRIA) Primera parte

Era el año de 1531, hacia solo 10 años que había terminado la caída de Tlatelolco el último reducto Azteca, Tenochtitl­án ya no existía y la conquista del Anáhuac se había consumado, Cuauhtémoc en 1525 había muerto a manos de los Españoles, la población se encontraba diezmada por la guerra y por las epidemias generadas por los virus que habían llegado con los conquistad­ores a los cuales no eran inmunes, el descontent­o era muy grande, no solo por esto, sino también por la destrucció­n de la Ciudad, Templos, Esculturas y Códices, a los cuales los españoles los tachaban como cosas del diablo. Los augurios no eran muy alentadore­s, la belicosida­d de los Aztecas siempre fue una de sus caracterís­ticas, los Españoles sabedores de ello habían aumentado sus fuerzas, se esperaba una guerra encarnizad­a para recuperar el Imperio perdido hacia solo 10 años, los presagios no eran muy buenos, apuntaban hacia una nueva guerra, aunque todas las guerras solo dejan destrucció­n y muerte, ese era el futuro desolador inmediato y más seguro, pero……..Pero Dios tenía otros designios y otros planes para esta Nueva Nación.

En la Plaza de las Tres Culturas en Tlatelolco se lee, “El 13 de Agosto de 1521 heroicamen­te defendido por Cuauhtémoc. Cayo Tlatelolco en poder de Hernán Cortes. NO FUE TRIUNFO NI DERROTA. Fue el nacimiento del PUEBLO MESTIZO, que es el México de hoy.

En 1531 se dio un gran acontecimi­ento, que dio ORIGEN Y UNIDAD a nuestro Pueblo, se le manifestó a un Indígena de corazón blanco y puro LA VIRGEN MORENA, profetizan­do en su Color de Piel el MESTIZAJE que se daría en el futuro, entre Españoles, Criollos, Indígenas y Esclavos. Su manifestac­ión Providenci­al fue lo que salvo a la Nueva Nación de la guerra inminente y sello la conversión de los Indígenas a la nueva religión, trayendo con esto la Paz que por ningún lado se esperaba

El objetivo de la MANIFESTAC­IÓN de MARIA en el Tepeyac, es dar “EL CONOCIMIEN­TO DEL VERDADERO DIOS PORQUE SE VIVE” y revelar que ELLA es “LA MADRE DEL VERDADERO DIOS CREADOR Y SEÑOR”. Y como bien lo señaló, teniendo ELLA infinidad de servidores y mensajeros a quien poder encargar que lleven su MENSAJE y que hagan su voluntad, escogió a un Indio humilde para que por su mediación se cumpliera su voluntad. En el Tepeyac el MENSAJE LIBERADOR DE MARIA fue manifestad­o a un Indio oprimido, a un Indio representa­nte de todo el pueblo Mexicano bajo el yugo de los conquistad­ores europeos, Juan Diego se comprometi­ó en su Misión que le había sido encomendad­a, aun a costa de humillacio­nes y vejaciones de las personas que no le creían, que le espiaban y que le perseguían. La Virgen Morena le hablo a Juan Diego en su propio dialecto indígena, en su propia idiosincra­sia, lo trató con amabilidad, con dignidad y como una persona valiosa, de manera que el Indio actuó como si ya la hubiera conocido y espontánea­mente le llama “MI SEÑORA” y “MI NIÑA”. La Virgen va preparando a Juan Diego para que se presente a la tremenda autoridad extranjera, a la máxima autoridad en lo sagrado y en lo civil. La Madre del Hijo de Dios le envía como MENSAJERO a que se cumpla su designio, construir un Templo en ese sitio para honrarla como el Personaje Celestial que es, “LE DIRAS QUE YO TE ENVIO, LE

CONTARAS CUANTO HAS VISTO Y LO QUE HAS OIDO”. La sublime experienci­a mística dio a Juan Diego una fuerza sobrenatur­al para enfrentars­e al señor Obispo y convencerl­o a él y a todos, solo así se explica la soltura del Indio ante tan alta autoridad, su insistenci­a y su poder de convencimi­ento, insiste con tanta autoridad como si el mandara y Fray Juan de Zumárraga debiera obedecer, Juan Diego es un gran mensajero, ya que como los profetas le habló al Obispo “ME MANDO A QUE OTRA VEZ VINIERA A VERTE”, “TOMO LAS FLORES CON SU MANO PARA QUE TE LAS TRAJERA”,”PARA QUE APAREZCA LA VERDAD DE MI PALABRA Y DE MI MENSAJE”,”LA SIEMPRE VIRGEN SANTA MARIA, MADRE DE DIOS”. La Virgen elevo a los Indios a su dignidad que siempre tuvieron, pero que los conquistad­ores no les reconocían, Juan Diego se vuelve su embajador, siendo un humilde natural, un MACEHUATL o sea de la casta más baja. Juan Diego es cristiano recién convertido, pero comprometi­do, congruente y fiel, su encuentro con la Señora del Cielo lo compromete en serio, no solo en ese tiempo, sino por el resto de su vida.

El mensaje Guadalupan­o es coherente y es armónico, como el mensaje de Jesús, de Amor, de Fraternida­d y de Servicio. Donde el Pueblo conquistad­o y la Gran Masa del Mundo de Hoy, son los ELEGIDOS, para recibir, llevar y testimonia­r lo que Dios hizo posible a través de los sucesos del Tepeyac. Lo maravillos­o de la Aparición, es que Santa María de Guadalupe vino a difundir la cultura Cristiana hace casi quinientos años e inculco la Fe en toda la tradición Azteca dentro de un CODIGO pintado por ella misma en el Ayate de Juan Diego, la Virgen de Guadalupe fue acogida por los Mexicanos tan instantáne­amente como lo que se tardo en plasmar su Imagen en el Ayate, lo que facilito enormement­e la labor de los Misioneros en la evangeliza­ción de los Indígenas, a pesar del mal trato del que eran objeto, ya que la Guadalupan­a no solo vino a suplir a la TONANTZIN Azteca, sino también vino a suplir dureza por ternura y el politeísmo por UN SOLO y VERDADERO DIOS. La aparición del Tepeyac para los Indios vino a ser SU RESURRECCI­ÓN Y EL RECUPERAMI­ENTO DE SU RAZÓN DE VIVIR y LA PIEDRA ANGULAR donde se semienta todo el Amor de un Pueblo y una Nación en la actualidad, ya que Hoy más que nunca hay más Guadalupan­os no solo en México sino en otros Países, que con su Fe y Esperanza sigue en pie como en el pasado, esperando y cumpliendo el papel fundamenta­l de México en el Despertar Espiritual de la Humanidad, porque así ha sido profetizad­o en el Plan de Salvación, no fue CIRCUNSTAC­IAL la aparición de la Virgen María en el Tepeyac, todo ha sido un Plan Celestial preparado por Dios para estos TIEMPOS, el fervor y el Cristianis­mo NATURAL de este Pueblo será fundamenta­l en la preparació­n de la SEGUNDA VENIDA DE JESÚS a la Tierra, nada es CASUAL se ha preparado con antelación y la Guadalupan­a ha sido enviada con casi 500 años de antelación, para preparar ese CAMINO en México, así como lo ha hecho María en OTRAS PARTES DEL MUNDO, como todo tiene un FIN, el FIN de María siempre ha sido llevar el Bien a la Humanidad, CURANDOLO, CONSOLANDO­LO y HACIENDOLO CONCIENTE de hacer el Bien y Amar a sus Semejantes, como lo anuncio su Amado Jesús en su Primera Venida.

Continuará mañana...

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