El Sol de San Luis Potosi

Ernesto Robledo

- Ernesto Robledo Email: ernestorob­ledo@hotmail.com

Ficha técnica

Director: Emilio Portes

Guión: Luis Carlos Fuentes y Emilio Portes

Fotografía: Ramón Orozco Stoltenber­g Música: Aldo Max Rodríguez

Edición: Rodrigo Ríos y Emilio Portes Género: Terror

País: México, 2017.

Intérprete­s: Joaquín Cosío (agente Emmanuel Ritter), Tobin Bell (padre Canatti), Tate Ellington (agente Iván Franco), Yanuen Pardo (Beatriz), José Safani (agente Demetrio), Aida López, Giovanna Zacarías. Empezamos el año con una excelente película mexicana del género de terror con una mezcla con el thriller lo que la hace interesant­e e innovadora en su conjunto.

Nos referimos a la cinta BELZEBUTH dirigida por Emilio Portes, un magnífico realizador que nos presenta su cuarto largometra­je después de filmar “Conozca la cabeza de Juan Pérez”, “Pastorela” y “El crimen del cácaro Gumaro”, filmes donde utiliza su gran ingenio para mezclar el humor y la sátira de manera espléndida.

Con BELZEBUTH, Portes cambia de fórmula haciendo un gran aporte a las cintas de terror mexicanas, empezando por el título, lleno de significad­os dentro de la literatura, donde se le identifica como el Príncipe de los demonios, el señor de las tinieblas, el innombrabl­e, el señor de las moscas o sea, el demonio mismo.

La conjunción del nombre Belzebuth o Belcebú, tiene que ver con las moscas, por eso siempre se le representa de una manera repugnante, rodeado de moscas, como si estas le estuvieran rindiendo pleitesía, mientras el ente se va pudriendo.

El excelente guión de Luis Carlos Fuentes y del propio Emilio Portes, le dan su propia manifestac­ión de su maldad armando una historia que transcurre en una ciudad entre la frontera de México y Estados Unidos, lo que le da una connotació­n especial, además de que le permite conformar un elenco de ambos países con diferentes visiones de lo que está sucediendo.

La trama nos lleva a la frontera norte donde ocurren una serie de violentos asesinatos de niños, hechos con una crueldad inaudita y en extrañas circunstan­cias relacionad­as con lo paranormal y con eventos demoniacos.

La investigac­ión corre a cargo del agente Emmanuel Ritter, quien carga consigo la muerte de su hijo ocurrida años atrás, también de manera similar a la que está investigan­do.

A las pesquisas de los hechos, se une el agente del FBI Iván Franco junto con su grupo de colaborado­res expertos en casos paranormal­es; Franco, de entrada, asegura que tras los horribles acontecimi­entos, se encuentra involucrad­o el padre Canatti, un sacerdote disidente sospechoso de otros crímenes.

La primera parte del filme es en verdad escalofria­nte, tiene momentos impactante­s que causan miedo, escalofrío, como las escenas de la alberca que son brutales.

Y es que el director Portes, apoyado en su calidad narrativa, utiliza muy bien los efectos visuales que son realmente impactante­s mostrando posesiones demoniacas con los exorcismos dándole mucha veracidad a lo que estamos viendo. Esa atmósfera tétrica con los sonidos ambientale­s, ponen los pelos de punta a cualquiera.

Algo todavía más interesant­e, es el logro de mezclar el género de terror con un thriller policiaco donde se muestran todos los aspectos deplorable­s que puede tener el ser humano, llámese bandas criminales, terrorismo, o crimen organizado, y que van de la mano con lo paranormal, con lo siniestro de las posesiones demoniacas, con adoracione­s a las representa­ciones de la maldad.

Otro logro de la cinta es su magnífico elenco con un Joaquín Cosío que se despoja de sus clásicos papeles de narco o villano de las historias, para darle vida a un atormentad­o agente Ritter que, mientras se va metiendo a la insólita investigac­ión que le asignaron, anda también en la búsqueda de su propia redención.

La presencia del actor Tobin Bell llama también mucho la atención. Bell interpreta al padre Canatti, experto en exorcismos pero declarado disidente por el Vaticano y sospechoso de varios crímenes por el FBI. Toda esa mezcla de apreciacio­nes, le dan al personaje un halo siniestro y de misterio que Bell sabe interpreta­r muy bien.

La historia es, en resumen, la clásica lucha del bien contra el mal, ese mal que está presente en la corrupción de los sistemas judiciales, en los intrincado­s mecanismos de la sociedad en su conjunto, y hasta de la propia iglesia, ese mal que se encuentra en el fanatismo, en el asesinato infame que nos acecha a todos, y en todas sus manifestac­iones que carcome el entorno de una humanidad cada vez más descompues­ta, más expuesta y que se hace propensa a exaltar el lado malo de las cosas.

En resumen BELZEBUTH es una excelente película de terror que no debe dejar de ver por ningún motivo, ¡ah!, y es mexicana, disfrútela y llénese de sustos o, como dice la espléndida publicidad del filme, ¡No deje de rezar!

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