RECORDANDO EL LEGADO DE RAÚL ANGUIANO
El pintor, muralista y artista plástico tenía una predilección por temas como el México rural, el indigenismo, las fiestas populares, las tradiciones y la religiosidad, de acuerdo con información del recinto ubicado en la Ciudad de México.
El Museo Nacional de Antropología recordó a Raúl Anguiano, uno de los máximos exponentes de la escuela mexicana de pintura, en el 13 aniversario luctuoso del artista.
El pintor, muralista y artista plástico tenía una predilección por temas como el México rural, el indigenismo, las fiestas populares, las tradiciones y la religiosidad, de acuerdo con información del recinto ubicado en la Ciudad de México.
El museo recordó que cuenta con cinco obras de Anguiano, una de ellas es “Creación del hombre”, cuya imagen posteó en sus redes sociales.
Raúl Anguiano nació en Guadalajara, Jalisco, el 26 de febrero de 1915. Desde pequeño dibujaba a toda hora y en cualquier espacio, por lo que su madre, Abigaíl Valadez, le compró cuadernos para que no rayara las paredes.
De esa primera etapa, conservaba dibujos de los actores cinematográficos Elmo Lincoln y Mary Pickford, a quienes admiraba, así como del matador taurino Rodolfo Gaona y de Venustiano Carranza.
La observación constante de la reproducción en blanco y negro de la “Sagrada Familia”, del pintor florentino Rafael Sanzio, que colgaba en una de las paredes de la casa de su abuela paterna, desarrolló en él un particular gusto por lo clásico y una inclinación por el dibujo fuerte, preciso y riguroso.
A los 12 años ingresó a la Escuela Libre de Pintura, en el Museo Regional de Guadalajara. Fue así como despuntó su carrera de pintor, apoyado por el director del colegio, el maestro Juan “Ixca” Farías. Posteriormente, conoció a José Vizcarra, con quien tomó clases de pintura y alentó fuertemente su vocación.
Entre los reconocimientos que obtuvo destacan el Premio Nacional de Ciencias y Artes (2000) y la Medalla al Mérito Cívico Eduardo Neri, otorgada por la Cámara de Diputados (2005).
En 1968 fue nombrado vicepresidente de la Asociación Mexicana de Artes Plásticas, y en 1982 pasó a ser Académico de número de la Academia de Artes de México.