El Sol de San Luis Potosi

Del desabasto a la parálisis

- Juan Carlos Romero Hicks @JCRomeroHi­cks

La política y la toma

de decisiones tiene más que ver con las consecuenc­ias y responsabi­lidad que con las ideas o los objetivos iniciales. Hoy, por las malas decisiones, en gran parte de la población de México y en especial en los estados de Guanajuato y Michoacán estamos viviendo el peor desabasto de gasolina de la historia y el Gobierno federal no ha podido o no ha querido resolver la situación.

funcionan los vehículos de emergencia: ambulancia­s, los camiones de bomberos, las patrullas y las grúas. La cadena de distribuci­ón que hace que las tiendas cuenten con productos, funciona con gasolina. Las medicinas que están en las farmacias llegan en vehículos de gasolina. La inmensa mayoría del transporte publico funciona con gasolina. Se lleva a los niños a las escuelas y los universita­rios se trasladan en vehículos de gasolina. Hay zonas en lugares como la Ciudad de México en donde hasta el agua la llevan en vehículos de gasolina. La mayor parte del gas que se consume domésticam­ente se transporta en vehículos de gasolina. La mayor parte del gas que se consume domésticam­ente se transporta en vehículos de gasolina y estados como Guanajuato, que tienen al menos trece ciudades medias en donde trabaja, vive y convive cotidianam­ente, funcionan gracias a la infraestru­ctura carretera y a los vehículos de gasolina. Detener la distribuci­ón de gasolina es detener a

México, su sistema económico y su capacidad de crecimient­o.

Se han cansado de decir que es una estrategia para combatir el robo de combustibl­e (huachicol) y de decir que en México hay gasolina suficiente y que el problema recae en la distribuci­ón, pero más allá de que el fin primigenio pueda ser positivo, la realidad es que no hay gasolina y las consecuenc­ias están siendo perniciosa­s para la mayoría de los mexicanos.

Max Weber decía que mientras el científico tiene que ver con la innovación, el político tiene que atender y ver las posibles consecuenc­ias. Hoy no queda duda, vivimos bajo el mandato federal que no tiene dotes de estadista y que está siendo marcado por las ocurrencia­s, la soberbia y la incompeten­cia.

Nadie se puede oponer al combate del robo de combustibl­e. Es una actividad que ha crecido mucho en los últimos años y deja un halo de violencia y de insegurida­d en su camino, pero la solución propuesta y ejecutada no es una estrategia de seguridad, es una mera ocurrencia que está dejando más problemas que los que supuestame­nte resolvería.

Con gasolina funcionan los vehículos de emergencia: ambulancia­s, los camiones de bomberos, las patrullas y las grúas. La cadena de distribuci­ón que hace que las tiendas cuenten con productos, funciona con gasolina. Las medicinas que están en las farmacias llegan en vehículos de gasolina. La inmensa mayoría del transporte publico funciona con gasolina. Se lleva a los niños a las escuelas y los universita­rios se trasladan en vehículos de gasolina.

Hay zonas en lugares como la Ciudad de México en donde hasta el agua la llevan en vehículos de gasolina. La mayor parte del gas que se consume domésticam­ente se transporta en vehículos de gasolina. La mayor parte del gas que se consume domésticam­ente se transporta en vehículos de gasolina y estados como Guanajuato, que tienen al menos trece ciudades medias en donde trabaja, vive y convive cotidianam­ente, funcionan gracias a la infraestru­ctura carretera y a los vehículos de gasolina. Detener la distribuci­ón de gasolina es detener a México, su sistema económico y su capacidad de crecimient­o.

En política no hay soluciones sencillas y la decisión de cerrar los ductos de distribuci­ón para evitar el robo de combustibl­e representa afectar a la gran mayoría de los mexicanos por detener un problema que genera una minoría. No es justo que se tenga a los haciendo kilómetros y horas de espera para poder llenar de gasolina su tanque. No es justo que se paralice a un país para intentar combatir un problema y no es justo que el Gobierno Federal traslade a los ciudadanos las consecuenc­ias de su propia incapacida­d de combatir un delito.

México exige respeto y Acción Nacional está del lado de los ciudadanos que han visto afectada su vida por las malas decisiones del gobierno; estamos a favor de que se combata el robo de combustibl­e, pero con inteligenc­ia y estrategia. Hoy, a poco más de 40 días del gobierno de López Obrador, se está racionaliz­ando la gasolina y se está vendiendo a sobre precio, ¿Qué sigue?

Con gasolina

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