Protesta de comuneros contra posible despojo
El grupo “Reserva” presuntamente pretende apoderarse de 2 mil 065 hectáreas de tres comunidades
Comuneros de San Juan de Guadalupe y sus anexos, Tierra Blanca y San Miguelito, acudieron al Congreso de la Unión para pedir la intervención de los diputados federales y con ello evitar que la empresa inmobiliaria “Reserva”, los despoje presuntamente de 2 mil 065 hectáreas; además solicitaron la separación de su cargo de la magistrada Alejandrina Gámez Rey, directora general jurídica de representación agraria, por incurrir en actos de corrupción.
El diputado federal Ricardo del Sol detalló que existen evidencias en diferentes entidades federativas, en las que se ha señalado a la funcionario público Alejandrina Gámez Rey, por haber incurrido en actos de corrupción como magistrada agraria, en contra de los derechos colectivos de los ejidatarios y comuneros, donde ha favorecido a grandes empresarios o instituciones bancarias.
“Derivado de su designación como directora general jurídica y de representación agraria y la procuraduría, existe el temor fundado y latente de que ya no solo van a aprovechar el cargo en una determinada región en nuestro país, sino que va a intervenir y operar a nivel nacional para seguir anteponiendo los interés de grupos económicos fuertes, frente a los derechos ejidatarios o comuneros”.
Expuso que el presidente Andrés Manuel López Obrador ha instruido para que los servidores públicos actúen a los principios de honestidad, lealtad, integridad y transparencia para construir instituciones al servicio del pueblo.
Por su parte la comunera Dolores Quintero López señaló que los 328 comuneros han sufrido una presión terrible y se les chantajea de forma brutal. No obstante que la Procuraduría Agraria no dio su opinión, Gámez Rey ordenó hacer la aportación el día 23 de diciembre, sin lograr se juntará el quorum requerido.
El grupo “Reserva” presuntamente pretende apoderarse de 2 mil 065 hectáreas de San Juan de Guadalupe para crear proyectos inmobiliarios; comuneros luchan “desesperadamente” para no ser despojados de su patrimonio.