El Sol de San Luis Potosi

Exijo todo el peso de la ley al culpable: Dora

“Pido justicia, y sigo sin entender el por qué continúan las investigac­iones, si el asesino de mi niña ya confirmó ser el perpetrado­r de los hechos. Él señaló dónde había dejado el cuerpo”

- ALEJANDRA RUIZ

A unos días de conmemorar­se el Día Internacio­nal de la Mujer, Dora García, madre de Alejandra Reséndiz, víctima de un atroz feminicidi­o ocurrido en Rioverde, le recuerda a la sociedad, los estragos de la violencia.

La violencia feminicida en México ha dejado una mancha imborrable que parece expandirse cada minuto, con una gran cantidad de efectos perjudicia­les en la vida de las mujeres. Hoy a unos días de conmemorar­se el Día Internacio­nal de la Mujer, Dora García, madre de María Alejandra Reséndiz García, víctima de un atroz feminicidi­o ocurrido en el municipio de Rioverde, parece recordarle a una sociedad entera, los estragos de la violencia extrema de la que son víctimas las mujeres.

El pasado 17 de enero de este año, comenzaría la lucha y calvario por exigencia de justicia de esta valiente madre, después de que la vida de su amada hija Alejandra, le fuera arrebatada de manera cruenta a manos de José Bernardo N, ahora detenido y vinculado a proceso.

La sonrisa de Ale como le llaman con cariño, sus muestras de afecto y su voz entonando una bella melodía, serían sin saberlo, el susurro que marcaría por siempre la memoria de Dora García, que hoy día recuerda estos detalles que permanecen en su mente y le ayudan a sobrelleva­r la ausencia de Alejandra tras su feminicidi­o.

“Mi hija era una niña muy alegre siempre andaba con su sonrisa tan hermosa que la caracteriz­aba, además era muy bella y cariñosa. También tenía su carácter como cualquier persona. A ella le gustaba mucho cantar, le gustaba mucho la música de banda y pop, siempre me decía cuando era niña que la llevara “A la voz México” porque su sueño era ser cantante”.

Alejandra también era madre, una excelente trabajador­a y luchadora del porvenir, a quien le motivaba ver a su pequeña hija crecer y proveerle de todo lo necesario; una inocente niña que hoy se ha quedado sin su madre, y que su rostro se ha convertido en el reflejo del efecto colateral que deja la violencia machista.

“Cuando sucedió todo este hecho, ella estaba tan ilusionada con llevar así hija al kinder, decía que se iba a comprar una moto para llevar así a su niña, también le emocionaba hacerle su fiesta de 3 años, algo que ya no podrá ser”, refirió entre lágrimas Dora.

Un hombre que acosaba desde hace tiempo a Alejandra, sería el perpetrado­r de tan horrible hecho, que crearía una fisura sin compostura en la vida de toda su familia y seres queridos, que al momento de enterarse de su asesinato se negarían en un principio a aceptar tan terrible hecho.

“No lo podíamos creer. Fue mucho dolor y algo que no queríamos aceptar que estaba pasando. Siento muchísimo dolor porque tengo mi corazón hecho pedazos, mi vida ha cambiado desde el cruel asesinato de mi hija, mi vida cambió por completo”

Es por ello que hoy, Dora, pide a las autoridade­s que continúen el proceso adecuado que de castigo al feminicida de su amada hija, una lucha que lleva consigo como un estandarte, la cual es respaldada por Movilizaci­ón Vivas nos Queremos SLP.

“Yo les pido a las autoridade­s que hagan bien su trabajo, que no se dejen vender, ya que hay mucha corrupción en México. Pido justicia y que caiga todo el peso de la ley sobre el asesino de mi niña. Sigo sin entender el por qué continúan las investigac­iones, si el asesino de mi hija ya confirmó ser el perpetrado­r de los hechos. Él señaló dónde había dejado el cuerpo de mi hija, tal parece que las nuevas leyes apoyan más a los feminicida­s, que a nosotras las víctimas”, remarcó Dora con las ansias de una madre que sueña con justicia para su hija.

Por otro lado un total de 20 Asociacion­es Civiles, más de 51 activistas y colectivas encaminada­s a la lucha y defensa de los Derechos Humanos de las Mujeres, lanzaron un posicionam­iento dirigido a la Fiscalía General del Estado de SLP, al Gobierno Estatal y Municipal, donde exigen justicia para Alejandra y toda aquella mujer que se enfrenta y sobrevive a la violencia de género en la entidad.

“La familia de Alejandra está dolida, lastimada y de luto, por el cobarde feminicidi­o. Las familias que son víctimas deben ser respetadas, acompañada­s y apoyadas, si el Estado no es capaz nosotros lo haremos. [...] El Estado tiene la obligación de erradicar, sancionar y prevenir la violencia contra las mujeres. No es posible que ante una Alerta de Género se sigan cometiendo feminicidi­os e impunidad ante ellos. [...] Nosotras las sobrevivie­ntes exigimos un plan para la erradicaci­ón de la violencia de género en su máxima expresión, que son los feminicidi­os. Es necesario y urgente que se modifiquen los protocolos de detección y atención ante los feminicidi­os, tomando en considerac­ión a las familias y víctimas directas”.

Sin embargo, al final el dolor no desaparece y el recuerdo parece volverse cada vez más nítido en cada instante que Alejandra se presenta en la memoria de Dora, quien desea intensamen­te volver a tenerla entre sus brazos.

“Si pudiera volver a ver a mi hija, le diría lo mucho que yo la amo y quiero con todo mi ser, la abrazaría fuerte, fuerte y no la soltaría para nada. No te preocupes por tu niña que yo me voy hacer cargo de ella en todo, le daré amor y cariño, y la protegeré, hija mía”.

La violencia contra las mujeres se ha pepetuado a través de la historia humana y es un continuum en la vida de éstas. Alejandra es el ejemplo latente de ello, una joven con sueños, que fue objeto de una violencia producida por un hombre que acorraló su libertad de manera sádica para no dejarla volver a casa sana y salva.

Dora es parte de las miles de madres en el país, que hoy día buscan y exigen justicia para sus hijas, y quienes llevan a cuestas una laceración profunda en su vida al ser víctimas de la violencia feminicida. Hoy Alejandra no está, pero su recuerdo le da a Dora la fuerza suficiente para seguir adelante y luchar hasta alcanzar una pena justa para el asesino de su hija, “Que se haga justicia y caiga todo el peso de la ley para que este asesino no salga, para que a otras niñas no les pase lo mismo”.

Dora García,

hoy día recuerda estos detalles que permanecen en su mente y le ayudan a sobrelleva­r la ausencia de Alejandra tras su feminicidi­o

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/ALEJANDRA RUIZ "Fue mucho dolor y algo que no queríamos aceptar que estaba pasando. Siento muchísimo dolor porque tengo mi corazón hecho pedazos, mi vida ha cambiado desde el cruel asesinato de mi hija"

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