JUAN MANUEL PARTIDA
No da una el carga maletas de Adolfo Rojo Montoya que cobra como dirigente estatal del Partido Acción Nacional, Sebastián Zamudio Guzmán, a quien ni en su municipio lo quieren y vio perder a su alfil para la dirigencia municipal blanquiazul en Concordia.
El corrupto panista de quien de manera contundente ya referimos en esta columna es un pícaro que ha robado a gente pobre que apenas tiene para comer, y comienza a cosechar lo que siembra. Muchos concordenses panistas están hartos de las tropelías de Zamudio Guzmán; sus autoritarismos, odios y revanchismos en contra de quienes no se someten a sus caprichos y necedades, encuentran una respuesta cada vez más dura en esa bella localidad con cabecera en La Villa de San Sebastián.
En la reciente contienda para renovar dirigente municipal panista, Sebastián Zamudio apoyó a José Carlos Martínez Morales, quien terminó derrotado por Gustavo García Velázquez.
La diferencia acostumbrada de 20 votos de ventaja para el grupo del dizque dirigente estatal cambió radicalmente, y el ganador de la contienda interna sacó 33 votos de ventaja; y el repudio contra Zamudio crece cada día que pasa.
Que como dirigente oficial panista ni hiede ni apesta, dicen en Concordia sobre Sebastián; lo ven como marioneta del verdadero mandamás panista, el hoy candidato a diputado federal Adolfo Rojo.
“En lugar de atender los asuntos que son de su obligación, Sebastián anda de dama de compañía en la campaña de Rojo Montoya”, nos dijo una señora que lamentó el grave daño que las corrupciones y las complicidades le están haciendo al PAN en Sinaloa.
Coinciden varios de nuestros entrevistados en que mucha gente le sigue teniendo pánico a Zamudio, quien con su poder le ha quitado el trabajo a mucha gente en distintas áreas de gobierno.
Goza de complicidades de diversos gobernantes y servidores públicos, seguramente a cambio de favores que poco tienen que ver con la legalidad y con la honestidad.
Ésta es una más de las historias de corrupciones que a últimas fechas parecen ser más la costumbre que la excepción en Acción Nacional.
Y lo más grave de todo, nos dicen desde aquella bella tierra de la sierra donde también se dan los hombres, es que en los altos mandos nacionales del partido se desentienden o incluso son parte de las infamias que lastiman a cada vez más ciudadanos, panistas y no.
BURROS VOLADORES
Plenamente confirmado, por si alguna duda quedaba, que Andrés Manuel López Obrador es un farsante a quien la Chimoltrufia le da bola, y que en su equipo cercano y entre sus fanáticos sobran los intolerantes y mentirosos que en lugar de ayudar al tabasqueño terminan exhibiéndolo más, con la creciente percepción de que está bien loco o es extremadamente tontejo.
Por más que pretendan que no pasa nada, resultan demoledoras por sus efectos las imágenes del peje viajando en un jet o avioneta, cuando se la ha pasado criticando eso mismo; son gastos indebidos que no deben hacerse porque insultan al pueblo, ha repetido, y hasta sentenciado que “son puras fantochadas” usar aviones y helicópteros.
En MORENA trabajaron el control de daños alegando que contrató un taxi aéreo, y que fue por urgente necesidad.
Y con todo lo que da, intentaron defender que nada malo hay en ello, hasta que nos enteramos que a la incongruencia primera sumaron con desvergüenza otra mentira: el taxi aéreo es inexistente, pues la aeronave usada es propiedad de un multimillonario minero.
Morenistas y seguidores de ya saben quién terminaron en ridículo nacional, lo que sabemos para nada les importa por la sencilla razón de que los cocodrilos vuelan… y los burros también.
Cada día que pasa más gente se convence de lo peligroso que puede resultar que el peje se convierta en presidente de la república.
Si anda con estas deshonestidades siendo candidato, cuando se supone que buscan quedar bien, hay que imaginar lo que será capaz de hacer con el poder presidencial en sus manos.
Jodidos estamos, para donde nos movamos; ya cada quien verá dónde nos va menos peor.