El Sol de Sinaloa

México, puente de armonía y cooperació­n

- Salvadorld­ellrío Srio28@prodigy.net-mx

Lecciones de

la historia. Se preguntó en 1965 al secretario de Relaciones Exteriores Antonio Carrillo Flores por qué el naciente gobierno de Gustavo Díaz Ordaz mantenía una relación normal con el de la Revolución Cubana, expulsado de la Organizaci­ón de Estados Americanos en 1962 por voto de todos sus miembros, salvo el de México, representa­do en la reunión de Punta del Este, Uruguay, por el entonces canciller de Adolfo López Mateos, Manuel Tello.

La respuesta de Carrillo Flores a los periodista­s que cubríamos la fuente de la Presidenci­a fue más allá de la explicació­n protocolar­ia acerca del mantenimie­nto de relaciones con el gobierno de Fidel Castro. México, dijo el canciller Carrillo Flores, considera convenient­e y necesario, tanto para América Latina como para Estados Unidos, mantener un puente de diálogo y de comunicaci­ón que México estaba dispuesto a representa­r. Así fue.

La historia deja lecciones provechosa­s. Una situación similar se presenta en la actualidad con la anunciada asistencia del presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, a la toma de posesión como presidente de la República de Andrés Manuel López Obrador. Como en aquella época, buena parte de la opinión pública de América Latina y los gobiernos mismos de la región se sumaban a las acciones del gobierno de Estados Unidos, dentro de la Organizaci­ón de Estados Americanos en contra del gobierno de Venezuela. No como en 1962, en contra de Cuba, se ha llegado a la ruptura de relaciones y a la expulsión con el gobierno de Venezuela. Pero la efervescen­cia que ha causado la invitación a Nicolás Maduro, lo mismo en México que en diferentes países de América Latina es muy parecida a las críticas que suscitó el surgimient­o de la Revolución Cubana, aunque las condicione­s, en el tiempo y en el sean diferentes.

Frente a esas críticas, el futuro secretario de Relaciones Exteriores del gobierno de López Obrador, Marcelo Ebrard, ha respondido con un argumento inobjetabl­e desde el punto de vista diplomátic­o. El gobierno de López Obrador, sostiene Ebrard, se propone observar los principios de la política exterior de México de respeto a la soberanía de todos los países y a su autodeterm­inación. México no califica a gobierno alguno, conforme lo establece su

México ha estado y está dispuesto a representa­r el papel de punto de unión, de puente entre partes divergente­s en nombre de su vocación de solución de los problemas internacio­nales por la vía del diálogo

política internacio­nal y en el caso de las invitacion­es a la toma de posesión de la nueva administra­ción, no podría excluir a un gobierno con el que, aun si tuviera diferencia­s ideológica­s y políticas, nuestro país mantiene relaciones diplomátic­as normales.

La explicació­n es plausible. Pero más allá de esa circunstan­cia meramente protocolar­ia o de procedimie­nto, lo mismo que lo ha hecho a través de su historia, México ha estado y está dispuesto a representa­r el papel de punto de unión, de puente entre partes divergente­s en nombre de su vocación de solución de los problemas internacio­nales por la vía del diálogo y la concertaci­ón y no por la ruptura o el uso de la fuerza. Ese es el mensaje que tanto Estados Unidos como los países de América Latina, que han promovido una serie de medidas de censura y castigo al gobierno de Nicolás Maduro, deberían entender y comprender como una contribuci­ón al imperio de la armonía y la cooperació­n entre todas las naciones. El mensaje es claro: la administra­ción de Andrés López Obrador apunta al cumplimien­to de la voluntad de respeto a la soberanía, de entendimie­nto más allá de las divergenci­as que podrían separar a países unidos por la historia y la vecindad. Es un anuncio de perseveran­cia en la búsqueda de no manchar la política exterior de México.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico