El dolor que causa Jaime a Himelda y Jorge
Un contagioso escozor le pegó al diputado local panista, Jorge Villalobos y como desde hace décadas que se tapan con la misma cobija, se lo transmitió a su compañera priista Gloria Himelda Félix, al negarse aceptar a José Jaime Montes como Coordinador de
Ya no tendrán a los delegados de las instituciones federales, que por siempre, utilizaron los recursos financieros y humanos para empujar las campañas políticas de sus candidatos. Les duele que no sean de sus partidos. Hay evidencias de que antes, no necesitaron de lo que ellos llaman “superdelegado”, porque les bastaron los funcionarios que pusieron al frente de esas dependencias para sacar adelante las operaciones. Incluso, algunos de ellos, luego se convirtieron en abanderados de Acción Nacional o del Revolucionario Institucional, a algún cargo popular.
El pretexto que agarraron como argumento no es más que una expresión vana, de que el Federalismo o el Pacto Federal debe respetarse o que no puede conservarse la reforma a la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal que creó esa figura porque es inconstitucional. ¡Mira quienes lo dicen!
Aquellos que aprobaron las alzas a los precios de los energéticos y que hoy claman al Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, que los baje. Ahora resulta.
¿Por qué esa inquietud? Porque tanto la dama como el caballero, creen que “todos son de su condición”. Con lo que manifiestan, reconocen que durante los gobiernos del PAN y del PRI, se manipularon los programas sociales y los padrones de beneficiarios. Es suficiente recordar que ambos, regalaban despensas con pesadas cargas de frijol y gorgojos.
Claro que se trata de un desplante de desesperación de su parte, dado que el gobernador Quirino Ordaz Coppel ya se reunió con el Coordinador de Programas Sociales y al instalarse la mesa de trabajo, tuvieron una reunión diplomática, casi tersa y rumbo a la toma de acuerdos sustanciosos.
A menos que como lo hizo su jefe Jesús Aguilar Padilla, el mandatario sinaloense en los encuentros cara a cara, diga una cosa y posteriormente mande a sus esbirros a aplicar aquello de es mejor hacer política de frente, pero luego “por debajo de la mesa, ¡bolas!”