AGRESIONES
Más de 100 personas protestaron en embajada de Estados Unidos y en la representación de Jalisco
CDMX. “Todo lo vamos ahorita a mitigar”, se escucha que dice el alcalde de Miguel Hidalgo, Víctor Hugo Romo Guerra, a vecinos de la colonia Polanco, luego de los destrozos provocados por unas 100 personas encapuchadas que fueron a protestar a la representación del gobierno de Jalisco en la Ciudad de México, en la esquina de Spencer y Campos Elíseos.
A espaldas del alcalde quedaron los rastros de la protesta: vidrios rotos y pintas con el símbolo anarquista. Brigadas de limpieza trabajan para borrar las huellas de los desmanes. El personal de la alcaldía toma los datos de los vecinos y el morenista Romo Guerra supervisa y se compromete a la reparación de los daños.
“Entré en comunicación con la doctora Claudia Sheinbaum (jefa de gobierno de la Ciudad de México) y la idea es hacer un censo de los daños ocasionados y vamos a tener un fondo para cubrirlos”, declaró el alcalde a desde Campos Elíseos, una de las calles de Polanco en las que se enfrentaron los manifestantes y policías.
De acuerdo con el censo preliminar elaborado por personal de la alcaldía se realizaron pintas y se rompieron vidrios en 20 comercios y 60 casas y edificios. En la vía pública también se afectaron bolardos, mobiliario, estaciones de Metrobús y señales viales.
Posteriormente en su cuenta de Twitter el alcalde reiteró lo dicho a este diario: “tras la manifestación en Polanco realizamos un recorrido en Campos Elíseos para hacer un censo, reparar los daños y realizar acciones de limpieza, ya trabajamos en conjunto con la jefa de gobierno, Claudia Sheinbaum y la Secretaría de Seguridad Ciudadana”. Esta vez el campo de batalla esta vez fue Polanco, una de las zonas más exclusivas de la Ciudad de México, ubicada en la alcaldía Miguel Hidalgo y entre cuyas calles tienen sus propiedades políticos, empresarios y artistas y están algunas de las tiendas más lujosas. El motivo de la marcha fue condenar el abuso policial que se vivió en Guadalajara durante las protestas que condenaron el asesinato de Giovanni López a manos de policías municipales de Ixtlahuacán de los Membrillos.
Un grupo de aproximadamente 100 personas encapuchadas, que acudió a protestar a la representación del gobierno de Jalisco en la capital, asentada justamente
Glorieta de la Diana derribaron vallas que protegían el monumento, además agredieron a representantes de la prensa
Los encapuchados vandalizaron lo que encontraron a su paso en esta colonia, realizó destrozos y se enfrentó con los granaderos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC). El inmueble, ubicado en Spencer y Campos Elíseos, fue protegido con vallas metálicas.
Bombas molotov, piedras, palos, bicicletas, señales de tránsito fueron lanzadas por los manifestantes en contra de los uniformados, quien replegaron al contingente de embozados entre las calles Campos Elíseos, Marianao Escobedo y finalmente Gutenberg. De a poco el grupo se fue disolviendo hasta que en la colonia Anzures desaparecieron.
La protesta, en la que no hubo consignas políticas, empezó en la embajada de Estados Unidos en México, ubicada en Paseo de la Reforma, en la colonia Cuauhtémoc, alcaldía del mismo nombre. Tras aventar piedras, petardos y realizar algunos destrozos en establecimientos de la zona y con martillos se hicieron de algunas señales viales. Hasta ese momento la policía no había intentado contener el avance.