PARA SABER
1 de la Constitución Mexicana prrohibe tajantemente la discriminación por las preferencias sexuales.
de comunicación que la niña estaba secuestrada por su madre.
Pese a que esto, luego se confirmó que no era cierto, el hombre continuó realizando acciones para violentar la vida de su hija y de su exesposa.
Martha recuerda que el agresor, quien lleva por nombre Hugo Adalberto Agramón Hurtado, llegó a violentarlas en los juzgados, además de que éste actualmente se encuentra en libertad bajo fianza, tras ser detenido por allanamiento de morada.
"El hombre no trata bien a la menor y en las pruebas psicológicas que se le hicieron a la niña, se reveló que ella desea estar con su mamá, sin embargo, las instituciones como el Consejo Estatal de Prevención y Atención de la Violencia Familiar de Género (Cepavif) y el ISMUJERES (Instituto Sinaloense de las Mujeres), no nos apoyaron", señaló Martha.
Con documentos en mano, Martha y Anayansi comprueban que la niña desea estar con su mamá, pues sufre violencia por parte de su papá y la familia paterna. En los exámenes psicológicos realizados en Casa Cuna, la menor confesó que su abuela paterna la encerraba en un cuarto.
Sin embargo, para las autoridades, a casi seis años del inicio de este viacrucis, no han separado a la niña del agresor ni se ha decidido con quién se quedará, si con mamá o papá, esto está a una audiencia por verse.
PARTE LEGAL
Gavino Navarro es el segundo abogado que lleva este caso y le ha dado seguimiento.
"Los principales derechos que se están violando aquí son los de la niña, hay decretos internacionales que dictan que se debe valorar a los padres para decidir con quién se queda la menor. En el caso han intervenido dos juezas, la primera no quiso atender el caso, solo atendió al padre de la menor, quien le dijo a la jueza que Anayansi tenía esposa por lo que ésta, decidió darle la custodia provisional al padre sin haber valorado los criterios legales para luego abandonar el caso", explicó.
El abogado argumentó que, pese a los exámenes psicológicos y criterios de las autoridades judiciales que acreditaban que la madre se encontraba en una buena condición moral y profesional para tener a la niña en su custodia, la jueza externó que la madre representaba un peligro para la niña por su orientación sexual.
"Ella no tiene ningún problema mental, ni físico, como para no poder siquiera ver a la niña" agregó el abogado.
Hasta hoy, Anayansi y Martha esperan la última audiencia que podrá definir la custodia de la menor, la cual se ha retrasado por la pandemia de Covid19, junto con los derechos que como personas, les corresponden gozar.