EROSIÓN DE PLAYAS
Los muros, rocas y escolleras, cortan el ciclo natural de la renovación de playa, provocando la pérdida de arenales a lo largo de la línea costera
PÉRDIDA
Las playas arenosas de Mazatlán son el principal atractivo del destino y han favorecido la explotación turística del puerto acompañada del desarrollo de infraestructura hotelera y restaurantera; sin embargo, aunque son ecosistemas muy resistentes, al mismo tiempo resultan muy frágiles, sobre todo ante la intervención humana.
En los últimos años la construcción de restaurantes, hoteles, muros, apilamientos de rocas, espigones o escolleras, ha interferido en la deriva litoral de la arena, lo que ha provocado erosión y la desaparición de tramos de playa.
BENEFICIOS DE LAS PLAYAS
Las playas son depósitos de sedimentos en las costas, pueden ser desde arena (son las más comunes), grava o lodo, según el oleaje y la configuración de la línea de costa. Se forman de manera progresiva, las olas del mar y el viento arrastran el sedimento y lo van depositando a la orilla creando un relieve.
Sirven como un amortiguador natural de energía entre el océano y la tierra firme, cuando se destruyen o se remueve estos amortiguadores naturales se deja a la costa, y a las propias construcciones que ahí se levantan, expuestas a los efectos erosivos de las olas.
“Son zonas muy dinámicas pero hasta cierto punto predecibles, porque se comportan estacionalmente. Son muy frágiles ante la intervención humana, si se interrumpe ese movimiento natural entonces ahí viene un desbalance y sufre de erosión; la playa se puede perder completamente", alertó el oceanólogo Ramón Peraza
Vizcarra.
EROSIÓN LES RESTA CALIDAD
La arena de las playas se mueve constantemente a lo largo de la costa, en verano se va hacia el norte, ya que predomina el oleaje fuerte del sur, mientras en invierno el oleaje proviene del norte y la arena se mueve hacia el sur. Esto se puede apreciar muy bien en la zona de playa de Olas Altas.
Hay dos tipos de oleaje: oleaje de tormenta, como su nombre lo indica está asociado a la formación de tormentas en regiones cercanas y el oleaje swell, que es el regular.
Cuando ocurre el primero las playas se erosionan, es decir, la arena se va al mar dejando al descubierto un área rocosa que es más bien arena consolidada, y cuando el fenómeno meteorológico cesa, esa arena vuelve otra vez y se recuperan las playas. Es un ciclo de renovación que se tiene de forma constante.
Periódicamente en los meses de agosto y septiembre de manera regional el nivel del mar es más alto que el resto del año y el oleaje es más intenso por efecto de las tormentas ciclónicas que hay en estos meses, por ende la erosión es más mayor. Se puede observar actualmente en Playa Norte, en el área de palapas.
"Son procesos lentos en el sentido de que una tormenta muy fuerte puede desaparecer una playa, pero al pasar los días y los meses, al estabilizarse el sistema de ola, se vuelve a recuperar esa playa, obviamente si no hay ninguna intervención que pueda impedir que los procesos naturales se den", detalló el investigador.
La construcción de muros y otras obras civiles puede llegar a agravar la erosión.
CONSTRUCCIONES
Para entender aún más el fenómeno de la erosión es preciso diferenciar entre la Zona
Norte, frente al área de palapas, es posible observar la pérdida de arenales de hasta un metro de grosor
Federal Marítimo Terrestre, que es la franja de 20 metros de ancho desde la marea más alta hasta tierra firme transitable y contigua a las playas, y la playa, que es la parte de tierra que por efecto de la marea cubre y descubre el agua.
Con el paso de los años se ha concesionado la Zona Federal Marítimo Terrestre, para la renta de diversos servicios turísticos, la edificación de centros de hospedaje y restaurantes en varias modalidades, pero ya hay construcciones que están prácticamente dentro de la playa y la plataforma donde están asentadas actúan como una especie de pared.
Interrumpir el flujo natural del sedimento que forman las playas por estructuras u obras de protección costera puede romper el equilibrio estacional con consecuencias que pueden llegar a ser desastrosas. Inferir con los procesos naturales convierten el área costera en una zona que es muy vulnerable, sobre todo ante un evento atmosférico.
"Llega la ola, choca y arrastra la arena de manera más fácil, se magnifica el fenómeno con las construcciones, ya que al chocar empieza a lavar de forma más rápida. Las playas son lugares muy dinámicos donde no debe haber ninguna construcción pero existen", explicó.
Sería muy drástico decir que Mazatlán puede perder sus playas de un momento a otro, aclaró Peraza Vizcarra, pero lo que sí es una realidad es que su calidad está disminuyendo; muchos tramos han perdido estabilidad y presentan pozos o acumulación de rocas.
Por otra parte, las grandes construcciones que están invadiendo estos lugares tendrán problemas de daños cuando haya
EN PLAYA