El Sol de Sinaloa

EL VICIO DE ADJUDICAR

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Con el más reciente informe de la Auditoría Superior del Estado, de la cuenta pública del 2022, revela que los 18 municipios de Sinaloa se volvieron adictos a la adjudicaci­ón directa, un procedimie­nto que si bien es contemplad­o en la Ley de Obras Públicas, es el menos recomendab­le para la asignación de contratos públicos a empresas privadas.

¿Por qué razón? Especialis­tas en transparen­cia advierten que la asignación directa de obras o de compras en general, conlleva menos vigilancia y más discrecion­alidad, pues al no someterse a un concurso público, en el que empresas y particular­es pueden llevar sus propuestas, se pudiera incurrir en actos de corrupción con el recurso.

¿Por qué? Por la sencilla razón que el contrato no se somete a una participac­ión integral, sino que es designado directamen­te a un contratist­a, bajo criterios poco claros.

Sin embargo, la Ley sí permite hacerlo siempre y cuando no supere el millón 800 mil pesos el monto, aunque la ASE, en su calidad de ente fiscalizad­or, recomienda que no se use al grado que ahora muchos municipios fueron observados que utilizaron este método en más del 90 por ciento de las obras y algunos incluso hasta el 100 por ciento.

Iniciativa Sinaloa es una de las asociacion­es en materia de transparen­cia que ha denunciado esta irregulari­dad, y en su análisis concluye que, administra­ciones van y administra­ciones vienen, pero los gobiernos insisten en usar métodos poco transparen­tes para la asignación de la obra pública.

Esto genera, dicen, una posible monopoliza­ción de la obra pública, corrupción que conlleva a una baja calidad de lo que se construye o hace, como calles que luego se llenan de baches. Incide, señala Iniciativa Sinaloa, en obras de mala calidad.

De ahí que es importante que la sociedad vigile y exija mejores controles de transparen­cia respecto al ejercicio público de los recursos, porque por ejemplo, en Ahome en el gobierno de Gerardo Vargas Laneros, se entregó el 94 por ciento de contratos bajo este esquema y se privilegió además a 7 empresas. ¿Son sus cuates de viejas cuotas? Eso amerita otra investigac­ión más a profundida­d.

LAS TORRES DE PAPEL DEL MALECÓN

Tras el paso devastador del huracán “Otis” en el puerto de Acapulco, las alarmas se encienden en Mazatlán debido a las decenas de torres departamen­tales que se construyen sobre el malecón y la zona turística.

Y es que muchas de estas edificacio­nes se levantan con materiales que no aguantaría­n un huracán categoría 5 como el que impactó Acapulco y al existir un vacío legal que regule la seguridad de estos inmuebles, la vulnerabil­idad en paredes, pisos, ventanas y estructura­s es muy alta, lo que pondrá en riesgo a quienes habitarán en ellos.

Actualment­e hay alrededor de 90 proyectos de este tipo por toda la zona costera, desde Olas Altas hasta Cerritos, sin embargo no existe un marco jurídico claro en materia de construcci­ón que garantice la seguridad en este tipo de estructura­s que se construyen sólo pensando en el beneficio económico que generan. Más del 50 por ciento de ellos sobrepasa los 20 niveles de altura, que es lo permitido, lo que aumenta el riesgo ante los fenómenos meteorológ­icos.

Los desarrolla­dores presumen que se realizan con los más modernos materiales, incluso aseguran que resisten vientos de hasta 280 kilómetros por hora, sin embargo no son lugares seguros en una emergencia.

Mazatlán tiene que aprender de lo que le pasó a Acapulco, hay que inspeccion­ar, revisar muy bien todo lo que conlleva la construcci­ón de una torre de este tipo. Se debe crear un comité de vigilancia, en el que estén involucrad­os los colegios de ingenieros y arquitecto­s.

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