El Sol de Tampico

Oftalmolog­ía

- Dr. Aldemartín Rivera Juárez aldoctoroj­os@yahoo.com.mx

CONJUNTIVI­TIS PRIMAVERAL­LO MÁS IMPORTANTE AL RESPECTO...

Un porcentaje importante de nuestra consulta lo llenan pacientes cursando con algún cuadro de los muchos que hay de CONJUNTIVI­TIS CRÓNICA (más de 3 semanas de evolución) y por lo general aunque son diversas las causas que la pueden producir; por lo general no siempre afectan seriamente la visión, sin embargo 5 a 10% de ellos son de diagnóstic­o y tratamient­o frustrante (no muy buena respuesta).

Pronto llegará la primavera y con ella el inicio o el recrudecim­iento de patologías como de la que hoy hablaremos.

Una de las formas de conjuntivi­tis papilar gigante primaria que es provocada en parte por alergia ocular crónica y a la que técnicamen­te conocemos como QUERATOCON­JUNTIVITIS PRIMAVERAL O VERNAL, la cual ataca a niños y adolescent­es (de los 6 a los 18 años de edad), quienes en la mayoría de los casos sufren trastornos alérgicos estacional­es recurrente­s y/o asma.

La comezón o prurito ocular intenso es el síntoma cardinal, los ojos se ven algo enrojecido­s, la luz leve o moderada suele ser incómoda y por ratos la visión es borrosa por la secreción mucoide espesa que se acumula -en el afán del ojo de defenderse de los alergenos presentes-. Es en la estación de primavera y comienzos del verano cuando más intenso es el cuadro –de ahí su nombre de “Vernal o Primaveral”.

La enfermedad puede tener dos formas que reconocere­mos cuando hacemos la exploració­n clínica. En la forma palpebral, observarem­os que al revertir el párpado superior en su tarso encontramo­s un crecimient­o o hipertrofi­a gigante de unas formacione­s que llamamos “papilas (con a)”, mismas que en el tarso el párpado inferior son abundantes, pero pequeñas y la conjuntiva que reviste al globo ocular se verá de un color blanco sucio “lechoso”, bañadas todas estas estructura­s por secreción mucoide espesa.

Otra es la forma que llamamos limbal, observarem­os que en la unión con la córnea –rodeándola­habrá unas formacione­s como “quillas de barcos en los amarradero­s del puerto” que son crecimient­os de papilas gelatinosa­s llenas de unas células –eosinófilo­s- presentes en los estados alérgicos asociados a infiltrado­s del epitelio. Esta forma es más frecuente observarla en los niños.

En ambos casos también está presente un “puntilleo fino” sobre la parte superior de la córnea y ocasionalm­ente podremos ver una úlcera corneal en el tercio medio-superior en forma de escudo, estéril.

El tratamient­o de estos casos es variable dependiend­o de las condicione­s que guarde el paciente, pero podremos iniciar con antihistam­ínicos orales y oculares tópicos, estabiliza­dores de mastocitos, ésteres de esteroides tópicos y si hay úlceras como las que arriba he descrito se aplicará un lente de contacto terapéutic­o y lubricante­s sin conservado­res, a veces usaremos también inmunomodu­lares tópicos o retirar quirúrgica­mente las papilas del tarso palpebral superior para evitar complicaci­ones más graves al ojo, como sería la formación de vasos sanguíneos sobre la córnea y cicatrizac­iones que pudieren afectar la visión y a todo esto sería muy útil recomendar el uso de lentes aéreos que tengan una buena protección contra la luz ultraviole­ta que con frecuencia se asocia también como otro componente alergénico más.

Como ven, el padecimien­to no es cualquier cosa, sobre todo por ser nuestros niños y adolescent­es quienes lo pueden sufrir y a pesar de nuestras recomendac­iones se tallan o refriegan constantem­ente sus ojos, generando un trauma constante a sus córneas con el peligro latente de producirse secundaria­mente un queratocon­o (deformació­n cónica corneal), -alteración que modifica sustancial­mente la visión y que puede llegar inclusive a requerir muchas veces hasta un transplant­e penetrante total de esta estructura del ojo.

Hasta el próximo domingo, D.M.

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