Pescadores aprovechan la proliferación del pez "diablo" en aguas locales
El Hypostomus Plecostomus no tiene en el área un depredador y se reproduce sin dificultad; las hembras depositan hasta cinco mil huevecillos en cada puesta.
La única especie invasora en el sistema lagunario del río Tamesí y los vasos lacustres de influencia, que desde hace más de una década ha causado estragos a las especies endémicas de este afluente y los cuerpos de agua del mismo, es el pez "diablo", que de forma repentina apareció y que al paso de los años se convirtió en una pesadilla para los pescadores, que después de combatir durante algún tiempo este pez desechándolo cuando salía en sus redes, en el último año han comenzado el aprovechamiento del mismo para su comercialización en presentación de filete.
En su momento los pescadores cayeron en la desesperación al desarrollar sus actividades en el río Tamesí y la laguna de Champayán y constataron que el pez diablo se había convertido en una plaga al extraer con sus redes 20 especímenes de esta especie por una carpa o tilapia, lo que resultaba poco redituable para una jornada laboral de escasa captura de especies comerciales y los recursos invertidos, principalmente combustible y el daño a las artes de pesca que el pez "diablo" generaba.
Alberto Marín Flores, presidente de la Asociación de Comerciantes de Pescados y Mariscos de Altamira, reconoció que el llamado pez "diablo" se reproduce aceleradamente y ha diezmado los peces endémicos de estos sistemas que han sido por años la principal actividad económica para unas dos mil familias que se estaban viendo afectadas por esta situación, pero que hoy hasta el pez "diablo" han comenzado a vender.