El Sol de Tampico

Tampico visto como puerto a través del cine

Hace unos años Yolanda Mañueco, gran dama de Tampico, me platicó de la existencia, formato súper 8 mm, de secuencias ahora invaluable­s de la visita de los Duques de Windsor al norte de Veracruz y su paso por el río Pánuco. Tal vez por la secrecía de los i

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(TERCERA Y ÚLTIMA PARTE)

De los personajes de Tampico en el cine, es indudable la presencia notable del Galán per se Mauricio Garcés quien, por cierto, nunca filmó una cinta en el puerto. También el enano Tun

Ernest Hemingway dijo que para escribir solo es necesario “poseer la devoción hacia el oficio que un sacerdote de Dios siente hacia el suyo, los riñones de un asaltante y ninguna conciencia más que para el oficio”. Su declaració­n vale. Escribir cansa. Es una tarea exigente. En las biblioteca­s he visto los estragos que causa el raciocinio donde se supone habita el cuero cabelludo.

Lector, por un elemental instinto de autodefens­a me reservo el tiempo que llevo encima, pero sin temor a equivocarm­e cada año que pasa tengo más. No me quejo, la edad, sabio misterioso que ni en la antigua Grecia explicaron con certeza, ha sido generosa conmigo. Me ha permitido beber hasta el fondo la pócima

Tun, René Ruiz, patiño del cómico Tin Tan, nació en el puerto. A propósito de Tun Tun, existió en el cine de la India una cómica llamada también Tun Tun.

Marina Herrera, Marilú, quien saltara a la fama con el ventrílocu­o ecuatorian­o Paco

La muerte ocurrida de Ernesto Cortázar, en noviembre de 1953 en un accidente automovilí­stico, fue muy sentida por la gente del puerto

Miller, también fue oriunda de eso lares. Sin embargo, es en el terreno de la música donde pueden situarse personajes tampiqueño­s destacados: Mario Kuri Aldana, Juan García Esquivel, Roberto Cantoral, Cuco Sánchez (nacido propiament­e a unos pocos kilómetros de Tampico, en Altamira) y Ernesto Cortázar, famoso letrista de las canciones más representa­tivas de la Época de Oro del cine mexicano: Cocula, ¡Ay Jalisco, no te rajes!, No volveré, entre más de un centenar. Además, Cortázar (quien tuvo un hijo que siguió su camino en la musicaliza­ción de filmes) fue director y argumentis­ta de cine, entre sus películas se pueden mencionar: “La muerte enamorada”, “Callejera”, “En cada puerto un amor”, “Juan Charrasque­ado” y “Amor de la calle”.

La muerte ocurrida de Ernesto Cortázar, en noviembre de 1953 en un accidente automovilí­stico, fue muy sentida por la gente del puerto. A su sepelio, el 3 de diciembre, acudieron al panteón municipal del puerto las personalid­ades más desta

En ocasiones el mal consejo del desaliento me ha sorprendid­o, pero ha venido a mi rescate la tenacidad por conseguir caros anhelos

dulce y amarga de la serie de “hola y adiós” que es la vida. He aprendido que a lo fácil y adverso se le debe tomar de igual manera, sin protesta alguna. He tratado de crear día con día en mi espíritu la sublime virtud humana de la tolerancia. He buscado en los gruesos volúmenes que llenan las silenciosa­s biblioteca­s, la definición de esa forma excelsa de amor a los demás que es la honestidad.

En ocasiones el mal consejo del desaliento me ha sorprendid­o, pero ha venido a mi rescate la tenacidad por conseguir caros

anhelos. He desechado las amarguras y recuperado la presencia de ánimo para arrojarme de lanza y astillero siempre por última vez—, a sostener mis ideas.

He tratado de cuidar todos y cada uno de mis actos, como un padre cuida de sus hijos, y en cada circunstan­cia he tratado de realizar lo superior sin descuidar lo indispensa­ble. Jamás he inclinado mi frente ante persona a la que no reconozca nobleza de corazón y altos ideales. He criticado a los fariseos de las ideas, para quienes las palabras son como cuchillos en manos de Yago.

cadas del cine mexicano de ese tiempo, entre ellos los hermanos Soler y Cantinflas. Las crónicas cuentan que ha sido el cortejo fúnebre más tumultuoso que se haya registrado en Tampico, con alrededor de 50 mil personas.

Cortázar no podía estar ajeno a su terruño y así lo dejó plasmado en dos películas: “la reina del río/ 1939, dirigida por René Cardona, con locaciones en El Chairel y la cual produjo, y “Cuando tú me quieras”/ 1951, que dirigió y fue protagoniz­ada por Luis Aguilar, Meche Barba y un incipiente Mauricio Garcés. Con amplias locaciones en el río Pánuco, el filme muestra una secuencia entrañable: el autobús en donde llega Aguilar al puerto a buscar a Meche Barba dice: Tampico.

Tampico seguirá siendo, sin duda, escenario de filmes. Los últimos largometra­jes de los que tengo registro en esta línea son “Tampico”/ 2009, de Juan Carlos Marín y “Flor de fango”/ 2010, de Guillermo González Montes…

Aun me juego todo a una suerte, como el jugador de ruleta que asegura tener la corazonada perfecta. Todavía puedo hacer locuras, me siento fuerte y energético, y cuando se tienen estas bendicione­s, dicen, ni bajar la más lejana estrella es imposible.

Desde pequeño he aprendido a amar y respetar el uso correcto de los números y letras. He profesado mi fe alejado de doctrinas complicada­s y lujosos templos. He aceptado que todo es pasajero; excepto la tierra y el cielo. He confiado en la amistad, y con la persistenc­ia de una rueda de molino he vuelto a confiar. He escuchado consejos, pero jamás he tratado intenciona­lmente de darlos. Han sido buenos todos estos años y aquí espero, tranquilo, de frente, los que vengan.

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