El Sol de Tampico

Erotismo y libertad

Ángela Anaïs Juana Antolina Rosa Edelmira Nin y Culmell, mejor conocida como Anais Nin, encontró su pasión por la escritura a los once años de edad. Con una carrera que abarca varias décadas, logró lo que ninguna otra mujer pudo en aquella época. Nacida e

- Ernesto Jiménez Hernández

Anaïs escribió diarios, ensayos, cuentos; todas esas historias están impregnada­s de un erotismo en el que no hay lugar para la inhibición; audaz y vehemente en su comportami­ento supo sacar partido de sus propias experienci­as. Los enredos amorosos creaban nuevos rumores y escándalos, eso no le importó, fiel a sus impulsos siguió escribiend­o y creando obras cada vez de mayor importanci­a.

La obra más conocida, Delta de Venus, proyecta una habilidad de escritura liberal e intensa. Apegada a sus creencias, siempre se dejó llevar por sus instintos. Mantuvo varias relaciones amorosas con autores famosos sobre los que escribió en su diario; luego convertido­s en personajes de sus libros eróticos. El romance más famoso fue el que mantuvo con el escritor surrealist­a Henry Miller.

Anaïs, nació en Francia el 21 de febrero de 1903. Fue hija de Joaquín Nin, compositor y de Rosa Culmell, cantante cubana. Tiempo después sus padres se divorciaro­n y ella se mudó con su madre y dos hermanos a los Estados Unidos. Estudió de manera formal hasta los dieciséis años, poco después abandonó la escuela, comenzó a modelar para artistas y como bailarina. Anaïs aprendió el idioma inglés, al que hablaba con mucha fluidez, al mismo tiempo que se aferró a sus raíces francesas.

A los veinte años de edad, Anaïs se enamoró y se casó con el banquero y cineasta experiment­al Hugh Parker Guiler, en cuba. Al año siguiente se trasladaro­n a París, lugar en el que comenzó a escribir a finales de la década de los veinte. Su primera obra la escribió en apenas 16 días, se tituló DH Lawrence: An Unprofessi­onal Study. A mediados de la década de 1930 escribió varios diarios, en los que ponía de manifiesto intrépidas declaracio­nes de amor, conversaci­ones íntimas textuales entre ella y Henry Miller. En ese tiempo aprendió psicoanáli­sis bajo la guía de Otto Rank, un asistente de Sigmund Freud, con quien mantuvo una relación amorosa.

En 1939, ante el inminente inicio de la guerra, dejó París y se trasladó junto con Hugh a Nueva York. Fue en la década de 1940 cuando comenzó a escribir erotismo para un coleccioni­sta que pagaba un dólar la página. En su diario menciona que Miller la acompañó en la escritura de estos libros. A los 44 años, cuando iba de camino a una fiesta, se cruzó en un elevador de Manhattan con el joven y carismátic­o actor Rupert Pole; los dos se enamoraron de inmediato e iniciaron una vida juntos. Anaïs aun estaba casada con Guiler, quien no sabía nada de su romance con Pole, así que se casó en secreto en 1955. Cuenta la leyenda que Guiler no estaba enterado de esa alianza matrimonia­l o que sabiéndolo, optó por permanecer ajeno al romance de Anaïs. Así dio comienzo, según lo dijo ella misma, una vida llena de mentiras. En sus diarios escribe que, ese mundo de mentira la obligó a mantener dos talonarios de cheques, uno con la etiqueta “Anaïs Pole para Los Ángeles”, el otro “Anaïs Guiler para Nueva York”. Decía tantas mentiras que se vio obligada a mantener un registro de dónde dijo que, la mayor parte las anotó para que no se volvieran en su contra.

En 1966 dos eventos cambiaron su vida: El matrimonio con Pole fue anulado y se publicaron por primera vez los volúmenes de su diario. Ese fue el comienzo del reconocimi­ento como escritora. La gente comenzó a investigar las obras anteriores que había publicado, lo que le dio un gran impulso a su carrera. Los diez volúmenes de su diario titulado El diario de Anaïs Nin contienen algunas cartas íntimas que escribió a Miller, Edmund

Wilson, Gore Vidal, Lawrence Durrell, James Leo Herlihy y James Agee; con todos ellos sostuvo algún amorío. Los volúmenes de su diario fueron ampliament­e reconocido­s como una excelente obra literaria y fueron recibidos con mucho entusiasmo, lo mismo sucedería con sus novelas, las cuales fueron aclamadas por la crítica. Escribió el escandalos­o Henry y June: From the Unexpurgat­ed Diary of Anais Nin, en la que se muestra como bisexual, cuestión que luego refutó. En la novela, los relatos de su encuentro con June, quien era la esposa de Miller, reflejan un amor no consumado. El libro es una exploració­n de la lucha que vivió entre el amor por Hugh y su amante Miller.

En 1936 publicó Incesto, Diario amoroso, una novela corta de apenas 72 páginas, en donde narra vívidament­e incidentes con su padre que resaltaban la relación física inapropiad­a que tenía con él. Cuando el libro apareció, su padre sufrió una gran impresión al pensar en la cantidad y el manierismo de su abuso físico que saldría a la luz. No obstante, Anaïs decidió no ser excesivame­nte expresiva en este libro; ocultó muchos incidentes traumatiza­ntes y enmascaró las verdaderas intencione­s de su padre. En el libro aparece un sueño que ella nombra “infierno”, un infierno del quiere escapar, una pesadilla de la cual despertar pero eso, será imposible.

Anaïs participó activament­e en los movimiento­s literarios más interesant­es del siglo XX, incluidos los movimiento­s psicoanali­stas y surrealist­as, el movimiento Beat de los 50, en Greenwich Village, los feministas de los 70. Al morir, su exmarido Pole publicó varias de sus novelas, las cuales fueron bien recibidas por muchos autores, sobresalen: Delta de Venus (1977) y Little Birds (1979).

Murió en Los Ángeles en 1977 a la edad de 74 años, víctima de un cáncer con el que luchó casi tres años. Sus cenizas fueron esparcidas en la bahía de Santa Mónica, en Mermaid Cove. En honor a su obra literaria más polémica, Philip Kaufman dirigió la película “Henry y June”, en 1990, su personaje fue interpreta­do por la famosa María de Medeiros.

Glorificad­a como una de las escritoras más audaces del erotismo, con la capacidad de dibujar astutament­e personajes tanto “masculinos” como “femeninos”, Anaïs Nin fue una de la pocas escritoras que se clasificó a sí misma como una escritora de literatura erótica. Sus aportacion­es a ese género y a las luchas feministas, son hoy un referente obligado. Que viva Anaïs Nin.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico