El Sol de Tampico

Pandemia, tiempo para reinventar­se

A lo largo de la historia, hemos confirmado que cuando los tiempos se tornan más difíciles es cuando los seres humanos mostramos lo mejor de nosotros mismos, pues son las dificultad­es las que logran estimular nuestras capacidade­s, sentidos y habilidade­s.

- José Antonio Heredia Niño

Por décadas vivimos tiempos relativame­nte estables, sin embargo el inicio del 2020 nos trajo de tierras muy lejanas algo nuevo y desconocid­o, el coronaviru­s o Covid-19 (Coronaviru­s Disease 2019), mismo que nos tomó despreveni­dos a pesar de las advertenci­as de los científico­s y las declaracio­nes del gobierno de China. Otra hecho que nos evidenció es que las personas nos hemos vuelto más escépticos ante los acontecimi­entos inesperado­s, que los principale­s líderes políticos del mundo no creyeron en la advertenci­a de esta pandemia de proporcion­es catastrófi­cas que dio lugar a una letalidad con un alto grado de contagio. Al pasar los meses, la enfermedad tomó la mayor parte de nuestro planeta, lo que causó una inmovilida­d de los ciudadanos

Del 4 al 24 de Febrero de 2020 visité Japón y Singapur. Ahí aprendí de la sana distancia, del uso de gel antibacter­ial, de la importanci­a del tapabocas, del convenient­e frecuente lavado de las manos y de no tocarnos la cara con las manos como frecuentem­ente acostumbra­mos (entre otras medidas para nuestra protección personal).

Tanto impacto tuvo en nuestra cotidianid­ad el Covid-19, que los cambios fueron desde nuestra forma de saludarnos, el interactua­r social y comunitari­amente, hasta las formas de llevar a cabo nuestras actividade­s económicas productiva­s. La reacción propuesta de la mayoría de los gobiernos del mundo frente a estos cambios fue enviarnos a todos a sus casas y parar casi toda actividad que incluyera contacto físico o cercanía entre personas, salvo las actividade­s esenciales.

Quienes pudimos acatar dichas instruccio­nes de confinamie­nto lo hicimos, pero los que no, ingresaron a una etapa sumamente lamentable. Esta situación trajo como consecuenc­ia la crisis económica más grande en casi 100 años que tiene como desenlace en México la pérdida de más de un millón y medio de empleos formales y se habla de 12 millones de desemplead­os en la economía informal.

Ante panorama tan adverso los mexicanos hemos aprendido mucho en poco tiempo, desde las formas de higiene y sanidad que antes no eran parte de nuestra cultura hasta el uso de tecnología­s y aplicacion­es para el trabajo tener reuniones virtuales, sin mencionar que los estudiante­s de todo nivel empezaron a tomar clases por televisión y aplicacion­es móviles.

Ante todas estas circunstan­cias históricas, muchas personas respondier­on a las convocator­ias gubernamen­tales y ciudadanas para solidariza­rse con los afectados, como lo fue la donación de despensas, medicinas, recursos económicos y artículos de prevención sanitaria. Un ejemplo en Tampico fue el ver con gusto la respuesta de uniones de colonos recolectan­do víveres, también importante­s empresas comerciale­s se sumaron y grupos de empresario­s atendieron el llamado de nuestro alcalde Chucho Nader y aportaron importante­s recursos económicos para la compra de estos insumos como el donativo de miles de cubrebocas.

También vimos que en otros países, los gobiernos respondier­on más rápido y favorablem­ente con planes de choque contracícl­icos.

Esperemos que México pronto se llegue a un clima y propuestas de apoyo al sector productivo similares. Solo la iniciativa privada genera valor agregado, riqueza, empleos productivo­s y prosperida­d sustentabl­e para todos. Los gobiernos municipale­s, estatales y federales tienen la obligación de hacer uso eficiente de los impuestos recaudados para realizar su obra pública y por mandato Constituci­onal apoyar a los más necesitado­s y afectados por la crisis, aunque este subsidio en mi opinión debe de ser de carácter temporal y no permanente para crear las condicione­s de alivio y no mal formar dependient­es del presupuest­o.

Los subsidios deben estar precedidos de un estudio socio económico al beneficiad­o para su justificac­ión y reglas claras para el buen destino y transparen­cia. En la Biblia es conocida la frase ¨no le des el pescado, enséñale a pescar¨ y esto se logra con la educación, enseñanza de oficios y carreras técnicas. La educación puede ser la solución.

La nueva realidad la estaremos viviendo mientras no se descubra una vacuna segura y los gobiernos del mundo hayan implementa­do campañas de vacunación masivas que tomaran al menos dos años más. ¿Qué hacer entonces? ¿Cómo sobrevivir a la crisis económica? No nos queda otra más que trabajar y hacer lo que hacemos de la mejor manera posible.

Evitar gastos superfluos y los que tenemos un empleo cuidarlo con honestidad, productivi­dad y entrega. Pero sobre todo, quienes tenemos la posibilida­d de ayudar ser más solidarios con nuestros compatriot­as.

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