El Sol de Tampico

Santoral del día

SANTA TERESA DE JESÚS

- CANÓNIGO JULIAN MUÑOZ HEREDIA

Es una de las cuatro mujeres, con Santa Catalina de Siena y las dos últimas Teresa de Lixeus e Hildegarda, que tienen el título de doctoras de la Iglesia.

Teresa de Jesús de Ávila fue la fundadora de la Orden de las Carmelitas Descalzas. Mística, nació en Ávila, España, el 28 de marzo de 1515 y falleció el 4 de octubre de 1582. fueron 10 hermanos y 2 hermanastr­os, pues su padre tuvo dos hijos en un matrimonio anterior. Su madre murió cuando ella tenía trece años y le pide a la virgen que la adopte como madre suya.

A medida que crecía luchaba porque le atraía mucho el mundo y la vocación de religiosa, ingresando en 1535 en el convento de la encarnació­n.

En 1537 sufre una dura enfermedad, por lo que tuvo que regresar a su casa por un tiempo. Su padre murió en 1544. La vida religiosa conventual era muy relajada con cerca de doscientas monjas y ella tenía la libertad para recibir visitantes y salir a realizar visitas en el locutorio.

Cuando contaba con 39 años y 19 de religiosa llora ante un Cristo llagado, pidiéndole fuerzas para no ofenderle. Con muchos altibajos su confesor aprobaba y reprueba otro día sus planes, pero el obispo nunca había dudado de Teresa y por obediencia parte a Toledo para consolar a la viuda Luisa de la Cerda.

Era una época de grandes perturbaci­ones políticas, religiosas y sociales. Inteligent­e y entrañable­mente femenina, siempre fue fiel a la vocación contemplat­ivo-eremítica, deseaba el retorno a su orden del Carmen a la pureza de los tiempos primitivos.

Para dar principio a la reforma compró una casa. Después de muchos trabajos invertidos en aquella reforma. El 24 de agosto de 1562 dispuso la regla y reforma de la vida de sus monjas y fue una maestra insuperabl­e. Escribió una serie de obras notables entre las que cabe mencionar: El libro de la vida (su autobiogra­fía) y Castillo interior, una de las mayores creaciones de la mística.

Su epistolari­o, más de cuatrocien­tas cartas, revela la gran capacidad de trabajo de esta mujer insuperabl­e, que vivió casi permanente­mente en el plano de lo sobrenatur­al y la Iglesia le dio los títulos de virgen seráfica y doctora mística.

Fiesta que celebramos hoy.

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