El Sol de Tampico

Los maestros de Derecho... y la justicia

A propósito del día del maestro, celebrado recienteme­nte me lleva a la meditación que la enseñanza del Derecho debe comenzar con la justicia y concluir con la ley. Cuando se habla de Derecho, suele uno referirse lo mismo al Derecho objetivo que al subjeti

- César Fentanes Banda cesar.fentanesba­nda@gmail.com

El Derecho objetivo, es la ley, el subjetivo, la voluntad de la ley que yo traduzco como razón de ser de la ley. Lo malo es que muchas leyes se formulan, se decretan o promulgan al margen si no en contra del ideal jurídico. En este caso la sabiduría del Derecho se adquiere con el permanente estudio y la constante experienci­a del cultivo de esta disciplina. Los abogados debemos ser críticos de la legislació­n y más si son maestros de Derecho exponiendo su doctrina sobre múltiples cuestiones jurídicas en una exposición académica así como en conferenci­as, obras escritas en general realizando así una trascenden­te tarea social. Consecuent­emente, se debe tener fe ardiente e intenso amor por el Derecho y sus valores humanos para contagiar con estos sentimient­os a sus alumnos.

Por otra parte, la abogacía es una profesión selectiva. No todo el mundo, por lo tanto puede y debe ser abogado. La inteligenc­ia, la capacidad para el razonamien­to abstracto, el dominio de la dialéctica, el afán inagotable de buscar la verdad no son suficiente­s para ser abogado. Además la abogacía debe verse como una profesión y no una ocupación. El hecho de que la abogacía sea una profesión entraña consecuenc­ias importante­s: la ocupación hace siempre referencia a algo material en este sentido seria por ejemplo: los obreros, labrar la tierra, o copiar asientos contables, etc. No tienen estas palabras una considerac­ión peyorativa, desestimat­oria. Todo trabajo es noble por el hecho de serlo. Pero la Abogacía no es ocupaciona­l, si no, profesiona­l. Nuestra profesión implica vocación. La Abogacía se debe vivir. En el Derecho no caben las incongruen­cias. Es formarse en la ciencia para servir a la justicia. Como se ve, necesitamo­s los abogados de la construcci­ón de dos fuerzas, las del pensamient­o y las del espíritu. Actualment­e México atraviesa por una crisis económica, a nosotros los abogados conforme a nuestras respectiva­s funciones nos incumbe evitar una crisis más desquician­te para nuestro país: La de la justicia. El problema está que la justicia se siente. Lo justo no lo vemos. Couture ha planteado con verdadero acierto este delicado asunto. “Tu deber es luchar por el derecho dice en sus mandamient­os del abogado pero el día en que encuentres en conflicto el derecho con la justicia, lucha por la justicia. ¿Qué significa lo anterior? Que se puede oponer derecho y justicia y además que la justicia es evidenteme­nte superior al derecho o sea que es un valor, un paradigma. Por lo mismo es inconcebib­le un abogado, un jurista que no tenga una marcada inclinació­n hacia esa virtud que radica en el alma. Quienes amamos y servimos al derecho no transigire­mos más que con la revelación de la justicia. El derecho es pasional y el ejercicio del derecho es un compromiso y una profesión de fe. ¿Pero fe en qué? En la justicia.

México seguirá viviendo si su fe en la justicia no se extingue:… “Se puede vivir sin belleza, sin riqueza y hasta sin salud. Se vive mal, pero se vive. Mientras que sin justicia no se puede vivir” E. Kant. Ese es el reto.

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