Productos "chatarra", ¿Dónde?
El futbolista
Durante el periodo del neoliberalismo económico, niños, jóvenes y adultos, se convirtieron en sujetos cada vez más escuálidos, más anémicos y con menos posibilidades de poder realizarse mental y físicamente. Ni el reciente etiquetado de los “alimentos que no alimentan” produjo una disminución perceptible en el consumo de comida chatarra. Esta es ofrecida o “enjaretada” casi a la fuerza por intermedio de costosas campañas de propaganda.
Se esperaba que con el ánimo del debate en las Cámaras Legislativas acerca de quienes fabrican productos de escaso o nulo valor nutritivo, y el rumbo que pareció tomar esta discusión, finalmente algo en firme se lograría para regular lo que atañe a la salud pública. Pero pasó la tormenta, y básicamente las cosas volvieron a su estado normal, es decir, como estaban antes de toda la alharaca que se formó.
La ausencia del orden impuesto por diputados y senadores ocasiona de inmediato varias preguntas que tienen que hacerse, a riesgo de parecer ingenuos. ¿Será necesario que el Presidente de la República tenga que cuidar este tipo de asuntos para hallarles remedio?
¿Y las dependencias que muchos años autorizaron la venta de comida con poca cantidad de nutrientes que el cuerpo necesita, y la publicidad que se les hace, no se dieron cuenta antes de que se trataba de alimentos que no alimentaban?
Es complicado evaluar el daño que se provocó a tantos millones de mexicanos y mexicanas con motivo de la venta indistinta de artículos con gran contenido de grasas, azúcares y sal.
La ingesta exagerada de gran variedad de alimentos y golosinas, empaquetados o no, expone a la población, principalmente a los niños, a sufrir altos índices de sobrepeso, diabetes y obesidad, precisamente factores de riesgo ante las enfermedades.
Hay quienes sostienen que en lugar de privar a los niños y jóvenes del consumo de golosinas y demás es mejor alargar los horarios escolares para que los educandos hagan deporte. Pero la alimentación adecuada es no solo un complemento de la ejercitación física, sino el principal soporte para el gozo de una buena salud física y mental.
Hace años, un investigador del Instituto Mexicano del Seguro Social declaró que existe un elevado índice de casos de arterosclerosis en niños. El motivo dominante es la degradación nutrimental que se advierte en pequeños de entre nueve y once años de edad. Hoy estos niños, ya adultos ¿Qué calidad de vida tienen? ¿Qué tanto se elevan los costos de las hospitalizaciones en clínicas públicas y privadas con motivo de enfermedades crónico degenerativas? ¿Qué porcentaje de los recursos presupuestarios se invierten en ese tipo de tratamientos?
El consumo frecuente de alimentos que no alimentan pronostica un aumento significativo en el gasto de cuidados médicos y hospitalizaciones, asunto que constituye un dilema económico de enorme alcance.
NOTA DEL DÍA. Si pretendemos penetrar en la sicopatología de las sociedades civilizadas, de sueños desaforados, de frustraciones frecuentes, de historias de simulación, encontraremos que la tendencia obsesiva y feroz por el poder y el dinero, a diferencia de las necesidades fisiológicas, carece de mecanismo regulador. No existen límites que frenen el impulso de fuerza o de riqueza, como ocurre, por ejemplo, con la sed, el hambre o el sueño. Esto lo dijo el filósofo Baruch Spinoza en el siglo XVIII, en su célebre Etica. Pero, ¿hasta que límite llega esta neurosis o “locura” que es antítesis de lo necesario para analizar la personalidad, el mérito, la capacidad y honestidad de quienes aspiran a un cargo de elección popular?
portugués, Cristiano Ronaldo, decidió retirar de la mesa varias botellas de Coca Cola para poner unas de agua en una conferencia de prensa, previo a un cotejo de la Copa de Europa 2021. Las acciones de la empresa refresquera bajaron varios miles de millones de dólares. El “beban agua” de Ronaldo, fue tema del día en las redes sociales, cosa que las autoridades de salud aprovecharon para recomendar a la población llevar una vida saludable. Armando Juárez Becerra ALFA Y OMEGA
Es complicado evaluar el daño que se provocó a tantos millones de mexicanos y mexicanas con motivo de la venta indistinta de artículos con gran contenido de grasas, azúcares y sal.