VIAJE DE PRIMOS
La familia Gutiérrez había planeado un viaje especial para las próximas vacaciones, Roberto estaba emocionado y su hermana Rocío un poco menos, pues desde hace algunos meses que no veía a sus primos, Alejandra y Santiago, esto la tenía muy triste porque los quería mucho y aparte siempre habían ido a la playa juntos y esta vez ellos no los acompañarían.
Los papás de Rocío y Roberto les dijeron que prepararan el equipaje y los niños lo hicieron, durante el trayecto, el menor de los hermanos cantó y se entretuvo con sus videojuegos mientras que la mayor permaneció en silencio durante la mayor parte del trayecto.
“Hija, no puedes estar así todo el tiempo, todos queríamos que vinieran tus primos pero esta vez no les fue posible, tus tíos están ocupados en sus trabajos y tú tienes que disfrutar aunque ellos no vengan.”
La niña asintió con la cabeza y simuló una sonrisa, pero en realidad estaba deprimida y sólo quería que Ale y Santi estuvieran con ellos; llegaron a su destino, se cambiaron de ropa y corrieron a la playa para asolearse y brincar las olas del mar.
Pasaron horas y estaban muy felices, en momentos Rocío se mostraba seria porque se acordaba de sus primos, pero trataba de que sus papás no la vieran porque sabía que la regañarían si seguía con esa actitud.
De regreso a la habitación del hotel, cansados y asoleados, dijeron que dormirán toda la noche; cuando entraron se llevaron una sorpresa increíble, Ale, Santi y sus papás estaban dentro y les dijeron: “Sí venimos”.
El rostro de Rocío reflejó una felicidad inmensa, su sueño se hizo realidad, compartiría una vez más las vacaciones con esas personas que tanto amaba.
Los días siguientes fueron especiales para las dos familias, comieron delicioso, visitaron lugares turísticos, nadaron con delfines y conocieron zonas arqueológicas que los impresionaron por su gran historia.
El regreso a casa fue genial para los cuatro primos, quienes prometieron que cuando sean adultos, viajarán juntos a un safari porque a los cuatro les encantan los animales.