Política monetaria e inflación
El día de mañana, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) publicará la cifra de inflación correspondiente a la primera quincena de noviembre.
Cuando hablamos de la política monetaria de un país, se hace alusión a las herramientas que los Bancos Centrales —en nuestro caso, Banco de México— tienen a su disposición para tratar de influir en sus economías y, de esta forma, lograr cumplir los objetivos macroeconómicos ideales para su nación. Por ejemplo, el uso de políticas expansivas que impulsen la inversión y el empleo que posteriormente se traducirían en crecimiento económico y bienestar para los ciudadanos, así como el uso de políticas restrictivas que coadyuven a mantener un nivel de precios en un porcentaje estable.
Desde que se formalizó la contingencia sanitaria, la cuarentena generalizada y el inicio de la vacunación, hemos podido ser partícipes del manejo de este tipo de políticas monetarias a través del cambio en la tasa de interés por parte del Banco de
México, al pasar de 7.5 por ciento a finales de 2019 cuando ya se rumoraba una ligera propagación en China y Europa, hasta el 4 por ciento de interés a mediados de febrero de este año, cuando la principal problemática —y que aún persiste— era la recuperación económica vigorosa y constante después de una caída en la economía de ()8.5 por ciento en 2020.
No obstante, la inflación ha hecho de las suyas al llegar a niveles no vistos desde hace años y que cada vez pulveriza más el salario de los trabajadores al reducir su poder adquisitivo y hace que tengan que desembolsar más en productos de la canasta básica y energéticos, como la gasolina, el gas LP y la energía eléctrica.
Es así como nuestro Banco Central se ha visto bajo presión y ha empezado un ciclo de incrementos en las tasas de interés, esto significa que ha recurrido al manejo de política monetaria de tipo restrictivo con el objetivo de mitigar los efectos económicos que ha causado —y sigue causando— la inflación; lo que quiere decir, que, a través de este tipo de acciones, se espera que en los distintos indicadores como el consumo, la inversión y el crecimiento, se vean afectados en este trayecto hacia la recuperación económica y por ende se esperaría un decremento en el Producto Interno Bruto del cuarto trimestre de este año.
En tanto, así como en nuestro país, en otras latitudes también han reaccionado monetariamente hablando; sin embargo, tienen distintos puntos de vista sobre el manejo de las políticas monetarias. Por ejemplo, en el país turco, se están llevando a cabo medidas en contra a lo que dice la teoría; mientras la inflación sigue a la alza, como en la mayoría de los países, su banco central ha optado por reducir la tasa de interés e impulsar el consumo de sus ciudadanos, lo que teóricamente, conllevaría a mayor gasto y mayor inflación, afectando cada vez más el poder adquisitivo de los ciudadanos turcos. Por otra parte, el Banco Central Brasileño, ha sido uno más de los que han reaccionado paralelamente a las decisiones del banco central mexicano; no obstante, sus incrementos han sido más enérgicos y su tasa de interés yace ya en 7.75 por ciento.
Por lo que el día de mañana esperemos que los efectos de la política monetaria que han estado implementando durante este año en la Junta de Gobierno del Banco de México, si bien, no sean de tanto impacto, al menos comiencen a generar un poco de certidumbre dentro de los niveles de precios en el mercado nacional. Mientras que, por otra parte, puede ser el augurio de que probablemente este año culminemos con una de las inflaciones más altas en mucho tiempo, lapidando el poder adquisitivo, afectando los escasos ahorros de las personas y poniendo en jaque a los empresarios con el incremento a los salarios de cada uno de los trabajadores, así como una presión cada vez mayor en el uso de la política monetaria hacia nuestro Banco Central. Cuídese mucho.
La inflación ha hecho de las suyas al llegar a niveles no vistos desde hace años y que cada vez pulveriza más el salario de los trabajadores