El Sol de Tampico

No es Loret, es la profesión

-

Alo largo de más de 90 años, han sido muchas las embestidas gubernamen­tales (de los tres niveles) contra los medios de informació­n y contra los periodista­s. Pocos han sido notables precisamen­te por el control que se ejerce contra las empresas periodísti­cas, y la mayoría de las veces han quedado en simples anécdotas, no se diga cuando ocurren en la provincia, donde en pleno siglo XXI, en lo que va del año se ha asesinado a cinco periodista­s.

En los sexenios de Miguel Alemán, Luis Echeverría y José López Portillo ocurrieron ataques contra la libertad de expresión que, por sus protagonis­tas, hoy se recuerdan simbólicos.

En 1952, la revista Hoy, dirigida por José Pagés Llergo, fue cerrada luego de publicar en su portada una fotografía de Beatriz Alemán y su esposo Carlos Girón en un cabaret en París: el yerno del presidente tenía fija la mira en una bailarina semidesnud­a. Entonces, Pagés fundó Siempre!

En 1949, Jorge Piñó Sandoval, director de la revista Presente, tuvo que asilarse en Argentina, por las presiones gubernamen­tales que sufrió por sus críticas al poder.

Con Echeverría y López Portillo, de quienes hoy se reviven muchas “políticas públicas”, Julio Scherer García fue el principal objetivo, primero en Excélsior (1976) y luego en Proceso

(1982). Un boicot publicitar­io gubernamen­tal simultáneo al que sufrió este semanario provocó el fin de la revista Crítica Política,

de Carlos Perzábal.

En el caso de Proceso también existió el elemento de la familia presidenci­al. López Portillo se quejó de que la revista se había metido con “sangre de mi sangre”: su hermana Margarita, directora de Radio Televisión y Cinematogr­afía (RTC).

Ningún

gobierno mexicano posrevoluc­ionario ha escapado a la tentación de controlar el derecho a la libertad de expresión. Sin hablar de represión, que ha sido mucha, baste recordar que de 1934 a 1989 el papel periódico era monopolio de la Productora e Importador­a de Papel (PIPSA), empresa paraestata­l.

Como ahora, los hechos fueron casi ignorados por los grandes medios nacionales, incluso el de Excélsior, cuya repercusió­n fue mayor en el extranjero y luego se volvió emblemátic­o por el libro Los periodista­s de Vicente Leñero. Hoy la mayor embestida es contra Carlos Loret de Mola, por la divulgació­n en el portal Latinus de un reportaje de la organizaci­ón “Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad”, sobre un probable conflicto de interés entre el hijo mayor del presidente de la República y Pemex, y su opulento estilo de vida en Houston, que contradice el discurso de la austeridad.

El Presidente no ha podido ocultar su enojo por la publicació­n, que pese a todo, no ha logrado ser desmentida, y carga contra Loret de Mola, dando a conocer datos personales que podrían constituir la comisión de delitos. Desde el poder ha mostrado su ira y, hay que decirlo, expone al periodista a otro tipo de agresiones.

Y hoy, otra vez, como antes, el poder político no embiste y agrede a una persona, sino a la libertad de expresión, que muchos consideran la madre de todos los derechos humanos.

En 1976, se presentó una demanda contra Scherer García por asuntos de la cooperativ­a Excélsior. Al acudir a declarar, Televisa desplegó un gran operativo para “cubrirlo”.

Ante la instancia del reportero por una entrevista, Vicente Leñero le gritó: “Carajo, pero qué no te das cuenta. Lo que están enjuiciand­o es a tu profesión”.

 ?? ??
 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico